El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y otros destacados portavoces del ''chavismo'', desde dentro y fuera de las instituciones, se han pronunciado en contra del "extraño" ataque que civiles armados perpetraron el miércoles contra la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, que se enmarca en la crisis política que el país arrastra desde hace años.

"Yo condeno absolutamente esos hechos", dijo Maduro durante un acto para conmemorar el 206º aniversario de la independencia de Venezuela. "No voy a ser nunca cómplice de ningún hecho de violencia (...) No acepto violencia de nadie, que lo sepa el mundo y el pueblo (...) Quiero paz para Venezuela", afirmó.

No obstante, señaló que "son hechos extraños" y que "siempre ocurren hechos extraños donde está la oposición", que controla el Parlamento. Por eso, ordenó investigar el asalto a la sede legislativa. "Que se diga la verdad", reclamó el líder bolivariano.

Además, exigió a la oposición "que condene igualmente los hechos de violencia" dirigidos contra el ''chavismo''. "Yo quisiera que la derecha tuviera un poco de honor y de paz", dijo, en declaraciones recogidas por el diario venezolano ''El Universal''.

Así las cosas, Maduro ordenó activar "el Plan República" para garantizar que "el 30 de julio habrá Asamblea Constituyente en Venezuela", a pesar del rechazo que su convocatoria ha generado en la oposición y en la comunidad internacional. "La paz y el futuro de prosperidad" dependen de ello, sostuvo.

Por su parte, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha emitido un comunicado a través de su cuenta oficial en la red social Twitter en el que rechaza la violencia "en cualquiera de sus formas, venga de donde venga". "Los hechos suscitados en la Asamblea Nacional son inaceptables", ha afirmado.

Padrino López ha valorado las palabras de Maduro, "quien como estadista y líder político repudió de manera inmediata estos hechos de violencia" y ha instado a la oposición a "asumir la misma postura". "Llamamos a la paz y a cesar la violencia mediante el diálogo, elecciones y un acuerdo nacional por vía de la Asamblea Constituyente", ha urgido.

"La Defensoría del Pueblo condena los actos de grupos violentos en la Asamblea Nacional", ha escrito en Twitter el titular de esta institución, Tarek William Saab, y ha pedido "mantener un clima de paz, concordia y convivencia nacional que permita dirimir las diferencias a través de acuerdos pacíficos y democráticos".

El Defensor del Pueblo ha anunciado además que "ha solicitado formalmente a las autoridades competentes abrir una exhaustiva investigación" para "esclarecer la verdad de los hechos y determinar la responsabilidad de los culpables a objeto de ser sancionados de forma ejemplar".

También se ha pronunciado el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno. "Los que utilizan la violencia no pertenecen a una parcialidad política, son sencillamente enemigos del país", ha dicho y ha exhortado a los líderes de oficialismo y oposición a que "den la cara y se aparten de la violencia como arma política". "La nación merece la sindéresis y prudencia", ha defendido.

El jefe del TSJ ha advertido de que "los tribunales de la República castigarán severamente estos actos". "El futuro del país no estará en manos de los violentos y es nuestra responsabilidad oponernos a la sistemática idea de imponer la agresión y la vulneración de derechos fundamentales como arma de protesta. Desde el Poder Judicial seguimos insistiendo en la necesidad del diálogo", ha añadido.

Desde el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), su vicepresidente, Diosdado Cabello, ha considerado que el ataque a la Asamblea Nacional es "una agresión contra el pueblo", aunque no por la irrupción de civiles armados, a los que ha considerado "el pueblo", sino por la respuesta de la oposición. "No se metan con este pueblo", ha espetado a la Mesa de Unidad Democrática (MUD). "El odio de ellos no podrá con nosotros", ha aseverado.

ASALTO AL PARLAMENTO

En torno al mediodía del miércoles, civiles armados que llevaban desde primera hora merodeando por la zona entraron en el Congreso y retuvieron durando ocho horas a 120 trabajadores, 108 periodistas y 94 diputados, muchos de los cuales resultaron heridos.

El asalto a la Asamblea Nacional ha concluido cuando finalmente la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), encargada de proteger el hemiciclo, ha establecido un cordón de seguridad para poder evacuar a las personas retenidas en la sede legislativa.

La Mesa de Unidad Democrática ha acusado al Gobierno de orquestar este ataque. El ex candidato presidencial Henrique Capriles ha responsabilizado en concreto al vicepresidente, Tarek El Aissami, por unas declaraciones recientes en las que animó a los ''chavistas'' a actuar contra la Asamblea Nacional.

El asalto al Parlamento se ha producido justo cuando los diputados se disponían a aprobar la convocatoria del referéndum que la MUD planea celebrar el 16 de julio para que los venezolanos decidan si es necesario hacer una Asamblea Constituyente, tal y como pretende Maduro.

ESCALADA DE TENSIÓN

No es la primera vez que la Asamblea Nacional sufre un ataque. Los incidentes de este tipo se han repetido desde que la MUD ganara las elecciones parlamentarias de 2015 obteniendo una mayoría absoluta que cambió el equilibrio de poder en el Congreso tras décadas de hegemonía ''chavista''.

Este ataque se enmarcan en la ola de violencia que recorre Venezuela por la represión de las manifestaciones opositoras. Desde el pasado mes de abril, cuando comenzaron las protestas de la MUD, unas 90 personas han muerto y miles han resultado heridas, de acuerdo con la Fiscalía.

La MUD, apoyada por la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y por la Organización de Estados Americanos (OEA), acusa a Maduro de interferir en los demás poderes del Estado para mantenerse en el Palacio de Miraflores. El ''chavismo'', por su parte, denuncia un "golpe de Estado".