La Audiencia Nacional celebra este viernes la vistilla de medidas cautelares contra el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y su sucesor Rodrigo Rato, condenados a seis y cuatro años y medio de prisión respectivamente, por el uso de las tarjetas ''black'', tras la petición efectuada por las acusaciones populares y la Fiscalía Anticorrupción.

Tras conocer la sentencia contra los 65 acusados en esta causa, todos ellos condenados a penas de cárcel que van desde los tres meses hasta los seis años por delito continuado de apropiación indebida, tanto el Ministerio Público como la CIC pidieron la convocatoria de la vistilla --regulada en el artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim)--.

Mientras que Anticorrupción solicitó estudiar si cabe imponer medidas cautelares únicamente contra Blesa, la acusación popular pidió prisión "provisional comunicada y sin fianza" para ambos. La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional atiende estas peticiones y les cita a comparecer este viernes.

Por su parte CGT también ha solicitado esta semana prisión provisional para el que fuera presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2010 y retirada del pasaporte para el exvicepresidente económico del Ejecutivo. Estas medidas se solicitan a la espera de que la sentencia sea firme ya que cabe recurso contra la misma ante el Tribunal Supremo.

De hecho los principales condenados por el uso de las tarjetas opacas al fisco ya han manifestado su intención de recurrir la sentencia, así como gran parte de los beneficiarios de las Visas, como es el caso del exdirigente de IU y exvicepresidente de la caja extinta José Antonio Moral Santín, condenado a cuatro años de cárcel.

En los últimos días se han acercado a la Audiencia Nacional para que se les notificara personalmente la resolución. Antes de entrar a recogerla, el exjefe de la Casa del Rey Rafael Spottorno, explicó a los periodistas que estaba estudiando recurrirla, aunque no quiso valorar la condena de dos años de prisión impuesta por el uso que hizo de los plásticos.

Tanto Blesa como Rato --a los que el tribunal que preside la magistrada Ángela Murillo les acusó de quebrar la lealtad que la caja depositó en ellos-- siguen imputados en la pieza principal del ''caso Bankia'' y tienen cuentas pendientes en sendos juzgados ordinarios de instrucción de Madrid.

En concreto, Blesa se sentará en el banquillo de los acusados después de que se abriera nuevo juicio contra él por los sobresueldos cobrados por exdirectivos de Caja Madrid, mientras que Rodrigo Rato está siendo investigado por el juez Antonio Serrano-Arnal, titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, en relación con su patrimonio.

"LEALTAD QUEBRADA"

La sentencia, de la que fue ponente la magistrada Teresa Palacios y que recoge la condena de los 65 exaltos cargos y directivos de Caja Madrid y Bankia, fundamentó la condena a todos los beneficiarios en el uso personal que hicieron de las Visas que recibieron a su llegada a la entidad nacionalizada y a las que cargaron un total de 15 millones de euros entre 1999 y 2012.

El tribunal determinó que la práctica nacida bajo un acuerdo del Consejo de Administración del 24 de mayo de 1988 acabó derivando en un sistema con el que se dilapidó el patrimonio de Caja Madrid. En concreto reprochó a los acusados que perpetuaran en el tiempo esta práctica y no la eliminaran y que no era de recibo que estas personas "altamente cualificadas" sostuvieran abiertamente que podían hacer uso de unas tarjetas de empresa integradas en su salario.

Pese al argumentario de los acusados, el tribunal consideró probado que fueron colaboradores de una práctica oculta a los supervisores y señaló especialmente a Miguel Blesa y a Rodrigo Rato, de quienes dijo que se situaban en el "punto de partida de la distracción de fondos de la entidad. "La lealtad quebrada se hace evidente, por anteponerse los fines personales a los intereses sociales que eran los bancarios y no otros", precisa la resolución.