El exlíder del PSC y hasta el pasado sábado miembro de la Ejecutiva del PSOE, Pere Navarro, ha llamado a construir puentes entre los socialistas de toda España y evitar que sólo se escuche la voz de la federación andaluza, liderada por Susana Díaz: "Lo que no puede ser es que el PSOE sea el PSOE de Andalucía".

En una entrevista de Europa Press, Navarro se ha mostrado partidario de que los socialistas andaluces tengan "un peso específico" en la dirección del partido, pero pide que el PSOE tenga un proyecto común que aúne sensibilidades e identifique a todos los territorios.

Susana Díaz lideró el bloque crítico con la anterior dirección del PSOE y apoyó una pugna interna que el pasado sábado culminó con la dimisión de Pedro Sánchez como primer secretario y con la creación de una Comisión Gestora para liderar el partido.

Respeta a Díaz como al resto de sus compañeros de filas pero avisa de que "ahora se puede caer en el error garrafal de que sea Andalucía" la que impere en el PSOE y no se tengan en cuenta por igual los intereses de otros territorios.

"Es verdad que --los socialistas andaluces-- tienen la capacidad e incluso la obligación de influir, pero no pueden colocar en todo el partido socialista sólo su manera de ver las cosas", sino que debe fraguarse un proyecto común, ha avisado.

Navarro ha sido uno de los firmes defensores de Sánchez y le fue fiel cuando 17 miembros del Comité Federal dimitieron por el desacuerdo con la estrategia que había planteado ante una investidura: primero primarias y después un Comité Federal que dibujara el camino a seguir.

Ante la posibilidad de que el PSOE decida facilitar la investidura de Mariano Rajoy (PP) con la abstención, entendería que el PSC rompiera la disciplina de voto si no ha habido un aval previo de la militancia y del Comité Federal.

Cuando Navarro era el líder de los socialistas catalanes, el PSC rompió la disciplina de voto en dos ocasiones, ambas relacionadas con el proceso soberanista, y, si este escenario se repitiera ahora, no tendría por qué resentirse el vínculo con el PSOE: "Las relaciones siempre son buenas si las discrepancias se hacen desde la lealtad mutua".

"En aquel momento --cuando se rompió la disciplina de voto--, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sabía que yo tenía que tomar unas decisiones y que no las tomaba para hacer la puñeta al PSOE, sino porque en Cataluña estábamos viviendo una situación muy difícil y el PSC había decidido ser coherente", ha rememorado.

Si el PSOE finalmente decide dar apoyo a un gobierno del PP, aunque sea por pasiva, "para el PSC será una situación muy difícil porque defiende que debe haber un entendimiento con el resto de España" y que debe crearse un espacio de diálogo para construir el modelo federal.

ABSTENCIÓN SOCIALISTA

Espera que finalmente el PSOE no facilite un gobierno del PP con una abstención porque supone dar luz verde al partido "del espectáculo de la Gürtel, de las tarjetas ''black'', de los recortes desastrosos para los ciudadanos".

Si el PSOE no se abstiene, se abre la puerta a unas terceras elecciones, pero Navarro considera que hay que "explorar una alternativa, aunque el porcentaje de posibilidades sea muy pequeño", justamente lo que quería hacer Pedro Sánchez y que los críticos rechazan.

Para materializar este Gobierno alternativo, Navarro coincide con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y defiende dialogar con los independentistas para que faciliten una investidura sin vincular a ella el referéndum: "Se tiene que hablar con todo el mundo, con todos los partidos demócratas, estemos o no de acuerdo. Hay una situación de emergencia en España".

"Se trata de que los partidos puedan sentarse y elaborar líneas en común para salir de esta situación, y los que se tienen que sentar también son los que se quieren ir" para que valoren si la reforma constitucional puede ser la base de un acuerdo.

ESCONDER A LOS ''HOOLIGANS''

La crisis del PSOE, que tuvo su máximo exponente en el Comité Federal del pasado sábado, ha provocado una ruptura en el partido que ahora se debe reparar "escondiendo a los ''hooligans'' y dando protagonismo a los constructores de puentes".

"El sábado no sólo se produjo una ruptura interna, sino una ruptura del partido con la sociedad", pues se ha interpretado que se trata de una simple lucha por el poder, ha lamentado, y ha descartado una posible escisión.