Un total de 81 personas relacionadas con el terrorismo yihadista -69 hombres y 12 mujeres- están internos en las cárceles españolas, con una media de edad de entre 19 y 35 años, el 60 por ciento de ellos casadas y con hijos y un 75 por ciento en situación legal en España cuando fueron arrestados.

Este es el perfil del preso yihadista que hoy ha dado a conocer el titular del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, durante su intervención en las jornadas "Yihadismo y terrorismo" organizadas por la Universidad Camilo José Cela.

Castro ha hecho hincapié en la presencia de mujeres y ha señalado que muchas de ellas se radicalizan a través de las redes convencidas del mundo "ideal" que les espera en zonas como Siria, pero se convierten en "auténticas víctimas".

La última de las mujeres detenidas en España lo ha sido esta misma semana en el aeropuerto madrileño de Barajas. Se trata de una joven de 22 años de Almonte (Huelva) que se había convertido al Islam en enero y que quería viajar a Siria para luchar con la yihad.

Del perfil del preso yihadista en España, Castro ha explicado que tiene una media de edad de entre 19 y 35 años, que seis de cada diez están casados y con hijos, que un 80 por ciento son extranjeros y que tres cuartas partes de ellos vivían en situación legal en España.

Su país de origen es mayoritariamente Argelia, Marruecos, Pakistán y Siria, y su nivel cultural no ha alcanzado en su mayoría la educación básica de su país de origen o de España.

Dos de cada diez tiene antecedentes penales, según Castro, que ha indicado que de los 81 internos, 19 son penados (15 cumplen condena en primer grado, tres en segundo y uno en sistema mixto), y 62 preventivos (54 en régimen cerrado -el más duro- y 8 en ordinario).

Su aspecto físico les caracteriza, porque además de una indumentaria especial, llevan el pelo muy corto, barba y las uñas muy cortas, limpias y perfiladas, así como callosidad en las manos y la frente por el uso del sura, el elemento que utilizan para rezar, ha comentado Castro.

La mayoría no habla español, muchos de ellos se expresan en francés y decoran sus celdas con el Corán y frases y máximas de éste.

Castro ha recordado que la mayoría están incluidos en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES) y ha resaltado el plan contra la radicalización que se está llevando a cabo en las cárceles y que afecta a 180 reclusos, a los que se vigila especialmente por su radicalidad o su susceptibilidad a radicalizarse.

Los presos yihadistas están separados y no cuentan con beneficios penitenciarios.

El juez de Vigilancia Penitenciaria se ha referido también a los casos de cinco menores -dos hombres y tres mujeres- detenidos por su supuesta relación con el terrorismo yihadista y cuando pretendían viajar a Siria para integrarse en el Daesh. Uno de ellos ya ha sido sentenciado y los otros cuatro están en espera de juicio.

Las menores, ha dicho Castro, habían sido captadas en las redes y radicalizadas e iban a ser explotadas sexualmente si hubieran viajado. A veces, su enamoramiento de algún radical les ha llevado a reafirmarse en sus convicciones.

El nivel cultural de todos ellos es muy bajo, con una extracción familiar muy humilde y han sido internados en centros donde se trabaja con ellos con extremo cuidado para reinsertarles.