El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, consideró ayer que "ser anticatalán" es dividir a los ciudadanos y "sembrar cizaña", como, a su juicio, hacen el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y su partido, CDC, a quienes acusó de estar "rompiendo todo".

Rajoy se pronunció así en la sesión de control al Gobierno del Senado en respuesta al portavoz de CIU, Josep Lluís Cleries, quien le preguntó si es consciente del "rechazo generalizado" que tienen en Cataluña las "sistemáticas políticas anticatalanas" que ha impulsado a lo largo de la Legislatura.

El jefe del Ejecutivo negó esa acusación y afirmó que "ser anticatalán" no es defender la legalidad o la soberanía nacional, sino dividir a los catalanes u obligarles a elegir entre ser catalán, español o europeo cuando pueden ser las tres cosas a la vez.

"Ustedes querían liquidar la ley, saltarse la Constitución y el Estatuto y eso no lo puedo aceptar", planteó Rajoy, quien acusó a Artur Mas y a su partido de haber "logrado liquidar" la coalición que tenían con UDC después de 37 años y preguntó si "esos también son anticatalanes".

"¿Los buenos catalanes qué son, la CUP? Va usted y su partido muy bien por la línea del equilibrio y la moderación", ironizó el presidente del Gobierno.

Rajoy acusó a los responsables de la Generalitat de echar la culpa de todo lo que les ocurre al Gobierno central y recalcó que su Ejecutivo no ha tomado medidas "contra nadie", sino que "ha cumplido con Cataluña" en una situación "de extrema dificultad".

De hecho, emplazó a Cleries a tener "la decencia" de reconocer que cuando el PP llegó al Gobierno Cataluña se financiaba con bonos patrióticos al 7,75 % de interés y ahora lo hace al 0 % gracias a las medidas adoptadas por el Ejecutivo.

Por contra, el senador Cleries reiteró su acusación al Ejecutivo y al PP, a los que culpó de "los recortes" en sanidad y educación y ha acusado de "poner en riesgo" los servicios públicos.

Aseguró que el Gobierno catalán "no recortará un céntimo en sanidad, enseñanza o servicios sociales".