El expresidente de la Junta de Andalucía y senador socialista, José Antonio Griñán, manifestó ayer, al término de su declaración en el Tribunal Supremo por los ERE irregulares en Andalucía, que no hubo "un gran plan (para defraudar) pero sí hubo un gran fraude", y eso significa que "alguno de los controles pudo fallar".

Tras cuatro horas de declaración ante el magistrado del Tribunal Supremo Alberto Jorge Barreiro, Griñan mostró su satisfacción por poder explicarse en sede judicial y expresó su "rechazo" por todos los hechos irregulares que se han producido en torno a este asunto.

Según fuentes presentes en la declaración, Griñán negó haber conocido, porque no le fueron remitidos, los informes de Intervención General de la Junta de Andalucía que advertían de irregularidades en los ERE fraudulentos y se desvinculó de la gestión de los gastos en ayudas socio-laborales.

El expresidente andaluz se expresó en términos que se caracterizaron por ser muy técnicos a las preguntas que le realizaron el instructor y distinguió entre la gestión de los presupuestos, que sí era de su competencia, de la gestión del gasto, que no era de su responsabilidad sino de la Consejería de Empleo.