El único candidato que opta a la Presidencia del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, advirtió ayer en el Parlamento regional de que, aunque no hubiera querido gobernar en minoría, es un supuesto democrático que no le produce "vértigo" y que está dispuesto a asumir con el único apoyo de 16 de los 45 diputados que conforman el hemiciclo asturiano.

Con un discurso de dos horas, Álvarez-Cascos protagonizó la primera sesión del pleno de investidura, que continuará hoy con la réplica del resto de grupos parlamentarios, PSOE, PP e IU, que se abstendrán en la votación que se realizará a continuación.

Aunque el dirigente de Foro Asturias Ciudadanos (FAC) no saldrá elegido presidente hoy, ya que hubiera requerido para ello mayoría absoluta, sí que tiene garantizada su elección en el nuevo pleno que se celebrará el próximo viernes, 15 de julio.

Ese día, tan solo precisará de mayoría simple para ser investido presidente y dar por finalizados doce años con Vicente Álvarez Areces (PSOE) de presidente.

A Areces, Cascos le trasladó ayer su "respeto" político antes de señalar que "en sus tres legislaturas hubo sombras, pero es imposible que no hayan existido, también, algunas luces".

En cuanto a su programa de gobierno, advirtió de que va a promover una "drástica" reducción del sector público autonómico, así como una bajada de impuestos, como eliminar el "céntimo sanitario" y la exención del 99% del de sucesiones.

Cascos procederá a la enajenación del ente público de Radio Televisión del Principado de Asturias y, en materia social, anunció que pagará a los padres una ayuda de 2.000 euros por hijo "a gastar en comercios del Principado".