Los controladores aéreos tendrán una jornada de actividad aeronáutica de 1.670 horas en 2011 y 2012, con una masa salarial de 200.000 euros de media, mientras que en 2013 trabajarán 1.595 horas, pero su salario se reducirá en la misma proporción.

Así se desprende del laudo arbitral, de obligado cumplimiento, sobre el II convenio colectivo de los controladores -que tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2013-, hecho público ayer por el exministro de Trabajo Manuel Pimentel, árbitro en el conflicto entre Aena y estos profesionales.

El máximo de horas que pueden realizar los controladores de tránsito aéreo durante 2011 y 2010 establecido en el laudo es el mismo que el Gobierno incluyó el pasado 3 de diciembre en el Real Decreto-Ley de medidas económicas, decisión que desembocó en el abandono masivo de los puestos de trabajo por parte de los controladores, provocando el cierre del espacio aéreo español durante un día.

Pimentel, que calificó el laudo como un "éxito del diálogo social", consideró que era muy importante que ya hubiera un preacuerdo firmado en agosto entre el sindicato de controladores USCA y Aena que representaba "un buen punto de partida" y marcaba, entre otros aspectos, el espacio de los acuerdos salariales.

Para el ministro de Fomento, José Blanco, con el laudo "no hay vencedores ni vencidos" y aseguró que Aena lo cumplirá "de la A la Z", lo que espera que hagan también los controladores.

Según el presidente de Aena, Juan Ignacio Lema, con el nuevo convenio -el último perdió vigencia hace seis años- se abre una nueva etapa "basada en el consenso", mientras que el presidente de USCA, Camilo Cela, dijo estar contento con la actuación de Pimentel en la elaboración del laudo, así como por el reconocimiento que había manifestado al trabajo de este colectivo.

Aunque Pimentel, asesorado en el proceso por la consultora KPMG, reconoció que la jornada de los controladores españoles es una de las más extensas de Europa, también es cierto que cobran por encima de sus homólogos europeos, añadió. Por ello, explicó que no se trata de ir elevando su jornada, sino de mejorar su productividad y reducir su absentismo.

El árbitro estimó que los controladores europeos no superan prácticamente en ningún caso las 1.500 horas de actividad y la jornada de los españoles debe equipararse, a medio plazo, a la media de Europa tanto en extensión como en el binomio productividad-salario.