El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rindió ayer homenaje a las fuerzas de seguridad y se mostró convencido de que, si la sociedad las apoya y permanece unida en defensa de la democracia, "el fin definitivo de la violencia llegará", aunque nunca se extinguirá el recuerdo de sus víctimas.

"Llegará el fin de la violencia de ETA, pero la memoria de las víctimas -incluyendo desgraciadamente la del agente Nerin (el gendarme francés, último asesinado por la banda) y la de tantos y tantos más- no se extinguirá y perdurará entre nosotros", subrayó en el Palacio de la Moncloa ante los familiares de todos los agentes fallecidos en 2010 en acto de servicio.

En este acto de Estado y ante representantes de las altas instituciones y de todas las fuerzas políticas, garantizó que "si permanecemos unidos como sociedad, con firmeza y determinación, en defensa de nuestra democracia y nuestros valores, apoyando a las fuerzas y cuerpos de seguridad en el buen trabajo que hacen, el fin definitivo de la violencia llegará".

"Terminará la memoria, quedará la memoria", subrayó Zapatero, quien agradeció en especial la colaboración de Francia en la lucha antiterrorista y elogió al comandante brigadier Jean-Serge Nerin, el policía galo asesinado por "unos desalmados" en un tiroteo con miembros de ETA en la localidad gala de Dammarie-les-Lys en marzo.

En la misma línea, el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que asistió a este acto solemne junto a la titular de Defensa, Carme Chacón, rindió homenaje a todos los hombres y mujeres de las fuerzas de seguridad francesa que trabajan "codo con codo" con España para lograr el final de ETA.

Un país en paz

Rubalcaba destacó el trabajo de todos los agentes fallecidos "por la esperanza" de un "país en paz libre del temor" e instó a toda la sociedad a perseguir ese objetivo: "Sólo así haremos justicia a su recuerdo y seremos dignos de su memoria".

Para el titular del Interior, se equivocan quienes dicen que estos tiempos de "incertidumbres y dificultades" son poco propicios para los ideales.

En un acto que Zapatero calificó de "memoria, condolencia y gratitud", se rindió también homenaje a la subinspectora de la Policía Nacional, Rosa Crespo, fallecida ayer justo hace un año en el terremoto de Haití.

Sus familiares, los de Nerin y los de otros trece miembros de las fuerzas de seguridad españolas fallecidos el año pasado recogieron emocionados de manos de Zapatero, Rubalcaba y Chacón, una placa conmemorativa.

Un recuerdo que en algún caso recibieron acompañados de los más pequeños.

Rodríguez Zapatero se erigió en portavoz de toda la sociedad para subrayar el agradecimiento a todas las personas que velan por la libertad y la seguridad de los ciudadanos con una profesión que puede reportar "grandes satisfacciones", pero que entraña "riesgos y exige sacrificios".

Como destacó Rubalcaba, los fallecidos dedicaron su vida a hacer "mejor, más segura y más libre" nuestra sociedad y "recordándoles se hace justicia a los que lo merecen".