El PSOE ha recibido con optimismo el nuevo clima existente entre Gobierno y sindicatos para acordar no sólo el nuevo sistema de pensiones sino también otras reformas económicas y confía en que este acercamiento le sirva, además, para ''reconciliarse'' con su base social, desencantada con los recortes del Ejecutivo.

Así lo han reconocido en declaraciones a Europa Press algunos de los diputados que fueron más críticos con la ruptura con los sindicatos y, además, otras fuentes, incluso de la dirección federal, reconocen que la expectativa de un acuerdo cambia radicalmente el horizonte político, también de cara a la precampaña y la campaña electoral para el 22 de mayo.

Un gran acuerdo social "puede permitir recuperar parte del discurso y del apoyo de aquellos sectores sociales que están mostrando una desafección importante respecto al Gobierno y al Partido Socialista", según el diputado Manuel de la Rocha, vinculado a UGT y a la corriente minoritaria Izquierda Socialista (IS).

Eso sí, todos los consultados insisten en que un gran acuerdo sobre las reformas con patronal y sindicatos, que se trasladaría después a las fuerzas políticas, sería una buena noticia "para el país y para los españoles", "más allá de cualquier cálculo electoral", en palabras del ex secretario general del PSM y actual portavoz de Fomento, Rafael Simancas.

De hecho, esta es la tesis que mantienen también los más próximos a los sindicatos. Para José Antonio Pérez Tapias, de Izquierda Socialista, acordar las reformas en un gran pacto tendrá "un plus de fuerza política" también para la credibilidad de España ante los mercados, más que el "aferrarse a un punto concreto" --en alusión a la intención de mantener el aumento de la edad legal de jubilación a 67 años, aunque en la práctica haya muchas excepciones--.

En la misma línea, De la Rocha ha coincidido con el secretario general de UGT, Cándido Méndez, en decir que un gran acuerdo sería "muy necesario y muy importante" para encarar la crisis con "mayores garantías de éxito" y para "frenar a los mercados".

Para estos diputados, es también "una buena noticia" y "un acierto" el "enfoque actual de buscar un amplio consenso que incluya a la patronal y a las fuerzas parlamentarias sobre un conjunto amplio de temas".

Además, todos los consultados creen que al acuerdo deben incorporarse todas las fuerzas políticas, incluido el PP, pero trasladándolo al Parlamento una vez alcanzado el consenso con los agentes sociales. "La mesa del diálogo social tiene un protagonismo y hay que cuidarlo", resume Pérez Tapias.

Por su parte, el diputado del PSC Francesc Vallés ha subrayado que "si hay acuerdo con los agentes sociales, el PP debería sumarse" porque "el panorama es suficientemente complejo como para que se intenten sacar réditos electorales".

Las fuentes consultadas explican que, ante la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, negociar con los partidos a la vez que con patronal y sindicatos complicaría el escenario porque se entrecruzarían los intereses electorales mientras que, si se lleva al Parlamento un acuerdo avalado por los agentes sociales, será más fácil recabar su acuerdo, aunque para entonces esté más cerca la cita con las urnas.

DUDAS SOBRE LA POSIBILIDAD REAL DE ACUERDO

No obstante, en las filas socialistas hay distintos grados de optimismo sobre las posibilidades reales de un acuerdo. De hecho, mientras algunos creen que habrá consenso para elevar la edad legal de jubilación a 67 años con "flexibilidad" otros lo ven un escollo casi insalvable.

"Lo mejor sería llegar a un acuerdo sobre todos los temas pero, si no es posible, habría al menos que pactar los desacuerdos para no ampliar más la distancia con nuestra base social", apunta el portavoz de IS, Juan Antonio Barrio de Penagos, muy escéptico también sobre la voluntad real de acuerdo del líder del PP, Mariano Rajoy.

"Si somos capaces de aprobar los ajustes, que son imprescindibles, las reformas y la consolidación de las políticas sociales en un marco de acuerdo con los sindicatos eso beneficiará al país, que es el primer objetivo, y también las expectativas electorales del PSOE, aunque sea algo subordinado", añade Simancas.