El comunicado hecho público ayer por ETA en el que la organización terrorista anuncia un alto el fuego permanente, de "carácter general" y "verificable internacionalmente", defraudó las expectativas de quienes esperaban que la banda proclamara su disolución o final definitivo. En el comunicado, fechado el 8 de enero, ETA presenta su último alto el fuego como "compromiso firme" con "un proceso de solución definitivo y con el final de la confrontación armada".

Hace un "llamamiento" además a las autoridades españolas y francesas a abandonar "para siempre las medidas represivas y la negación de Euskal Herria".

Un pronunciamiento, el octavo de ETA en los últimos doce meses, que, en palabras del vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no es una mala noticia, pero no es "la noticia" que esperaba la sociedad española porque no supone el "final" de ETA de manera "irreversible y definitiva".

El lehendakari, Patxi López, coincide con Rubalcaba en que el nuevo alto el fuego es insuficiente, aunque admitió, tras pedir "prudencia, responsabilidad y firmeza", que el comunicado "nos acerca más al final del terrorismo".

Tres etarras y dos voces

Esta vez fueron tres los etarras encapuchados y vestidos de marrón con guantes y txapela negra, los que pusieron en escena en un vídeo el comunicado ETA, que cuenta con dos versiones, una en castellano, leída por un hombre, y otra en euskera, por una mujer.

Diversas fuentes de la lucha antiterrorista consideran que la voz masculina podría pertenecer a David Pla, a quien se sitúa en la cúpula del "aparato político" junto a Iratxe Sorzabal, que sería la voz "femenina" de la organización.

En el comunicado, ETA afirma que "coincide" con la Declaración de Bruselas, firmada el pasado 29 de marzo por una veintena de personalidades internacionales, y con el Acuerdo de Gernika, suscrito en septiembre por EA, la izquierda abertzale y Aralar, que reclamaron ese alto el fuego unilateral, permanente y verificable internacionalmente.

El PP acogió esta declaración con escepticismo, ya que considera que sólo es una "pausa" en la actividad terrorista y advirtió de que no admitirá que la banda imponga condiciones a la paz ni cualquier tipo de intervención de mediadores internacionales.

Desde el PNV, su presidente, Iñigo Urkullu, cree que el texto de ETA no es el del "cese definitivo, que es lo que le exige la sociedad vasca", pero desea que "sea un paso hacia el comunicado final" de la organización terrorista.

Muy distinta fue, como era esperable, la reacción de la ilegalizada Batasuna que ve en el comunicado de ETA un "alcance histórico" que abre de forma clara e inequívoca la oportunidad de avanzar de forma irreversible hacia un marco de paz y soluciones democráticas".

Los dirigentes de la izquierda abertzale Txelui Moreno y Marian Beitialarrangoitia, acompañados por los históricos de Batasuna Rufi Etxeberria y Miren Legorburu, calificaron de "valiente" la decisión "unilateral" de ETA que, a su juicio, responde a las demandas de la comunidad internacional y del Acuerdo de Gernika.

También el impulsor de la Declaración de Bruselas, el mediador surafricano Brian Currin, expresó su satisfacción por la "respuesta positiva" de ETA. Currin anunció que se cumplen las condiciones para crear el "Grupo Internacional de Contacto (GIC)" y para que sus miembros realicen, "tan pronto como sea posible", su primera visita al País Vasco.

Las víctimas fueron las que reaccionaron con mayor indignación al ver cómo ETA, con 50 años de actividad terrorista y 858 asesinatos a sus espaldas, no condena en ese comunicado toda su historia de terror. Las asociaciones de víctimas del terrorismo piden firmeza al Gobierno frente a lo que califican co-mo una "treta electoral" y un "perverso engaño" de los terroristas.