Salvemos las Casas Terreras Canarias urge una solución para la vivienda teguestera de Amaro Pargo, conocida como la Hacienda La Miravala, que ha ido quedando en el olvido. Este inmueble es, según sostienen desde el citado colectivo, un ejemplo de la "falta de voluntad política" para salvar las casas terreras antiguas que progresivamente han sufrido el abandono.

El creador de la iniciativa, Luis Eduardo Fierro, explica que el inmueble es la "otra" casa del corsario. "Es la menos conocida, pero la más importante", indica sobre una edificación que actualmente es privada. "Esta importantísima casa de casi 300 años la han salvado los vecinos de El Socorro, recabando firmas y presentándolas al Cabildo y al Ayuntamiento de Tegueste", recuerda en relación a la paralización de planes urbanizadores en el lugar.

Fierro enumera que contaba con dos aljibes, un oratorio "con su rico ajuar", zona noble, cocina, lagar, estila con caldera de aguardiente, bodegas, almacén, casas del mayordomo y medianeros, así como una finca con vidueños y malvasías. "Lo más brutal que se ha hecho es la construcción de un horrible y enorme mamotreto gris de bloques casi adosado a la casa, y que ocupa incluso lo que fueron las antiguas bodegas", lamenta, y añade que sobreviven "de milagro" las dos torres originales que eran la puerta de entrada a la finca.

Concretamente, Salvemos las Casas Terreras Canarias es una "causa social" y un grupo de Facebook. Su principal responsable entiende que debería haber una mayor implicación social en la protección de este tipo de construcciones. "No existe ley para salvar las casas terreras y, por esto mismo, están en peligro de extinción", advierte, y agrega que las declaraciones de bien de interés cultural (BIC) no funcionan "por la pésima gestión política".

Además de señalar que se privilegian las obras religiosas, Fierro defiende que las administraciones tienen el "deber" de ayudar económicamente a los propietarios de este tipo de inmuebles. También menciona su disconformidad con la transformación exterior de la Casa Estévanez o una derribada "hace unos cuatro o cinco años" en Pedro Álvarez. "Mientras estuvo abandonada, el ayuntamiento la decoró con todas las basuras en su misma fachada", criticó sobre aquel caso.