"Siempre que se acerca la hora del adiós a la Virgen de Candelaria, la naturaleza llora su marcha. Ocurrió en Santa Cruz y ahora en La Laguna". Así justificó el vicario de Aguere, Juan Antonio Guedes, la suspensión de la esperada procesión de las antorchas, similar a la que se celebra en la Villa Mariana cada día 2 de febrero. Una cosa fue la programación y otra la realidad, gracias a la meteorología. Al final, solo hubo una vigilia en el monasterio de las Claras, uno de los pulmones de la Diócesis, donde se reunieron también aquellos que iban a salir del convento de las Catalinas, que finalmente se suprimió, lo que permitió reunir a todos los participantes en la capilla de las Claras y reorganizar el acto, que comenzó con buen tiempo y acabó diluviando.

Por ello, los más de doscientos participantes en la vigilia de las Claras agradecieron dejar las velas en la mesita a la salida de la capilla para pertrecharse de sus paraguas de camino a la Catedral, rumbo por San Agustín. Ya en el interior había montado Brotes de Olivo el sonido que se había colocado en la plaza de los Remedios, donde estaba prevista hasta una pantalla y sacar a la Virgen hasta el pórtico de la Catedral. Pero llovió. Para garantizar la mejor acústica posible, y que no pasara como en la mañana del encuentro con los jóvenes de Secundaria y Bachillerato, se colocó dentro del templo la megafonía prevista para el esperado concierto, mientras se sucedían las visitas que, desde las nueve de la mañana, no se interrumpieron hasta que la Catedral cerró anoche, a las 22:00 horas, para preparar a la Virgen de Candelaria para su traslado de hoy.

Ayer fue un día de muchas horas extras de oración. El delegado episcopal para la visita, Jesús Agüín, repitió diez, quince, veinte veces la presentación del "power point" a los grupos de colegios, como el Buen Consejo, que se sucedieron por la mañana. Daba lo mismo el número. Si eran 25 niños o cien. Cuando los pequeños se sentaban delante de la Virgen, Agüín pedía a los voluntarios acotar las visitas para que los pequeños no se distrajeran. Y luego, su catequesis con historia incluida de la aparición de los guanches. Para terminar, la banda sonora de la visita con la que ya sueña Agüín: el himno de la Virgen de Candelaria. Solo le falta ponerla de politono en su móvil. De hecho, estaba ayer en la vigilia del monasterio de las Claras y, tras comunicar que estaba lloviendo, Juan Antonio Guedes le regaló el privilegio de entonar el himno de la Patrona de Canarias, encargo que aceptó gustoso Jesús Agüín.

Cuando ya los colegios habían finalizado su visita al mediodía, llegaron un grupo de mayores desde Tacoronte y otro desde el Hogar Virgen Poderosa. Y no mostró desgana Agüín, quien hasta pidió a los colaboradores y voluntarios que llevaban las sillas de ruedas de los mayores que esperaran por él para despedirlos uno a uno a la puerta de la Catedral.

Ya por la tarde, llegó el turno a los profesores de religión, que pidieron celebrar su envío a los pies de la Virgen, en una eucaristía que presidió el obispo Bernardo Álvarez y que supuso el estreno del diácono permanente Celso González como responsable de la delegación de Enseñanza, en sustitución del histórico palmero Hermógenes Martín. Y desde la Catedral al monasterio de Las Claras, bajo la lluvia, Jesús Agüín, para hacer coincidir la finalización de una celebración con el inicio del concierto de Brotes de Olivo. Hasta en las Claras cantó el himno a la Virgen de Candelaria, entre los vivas que lanzó Guedes. Eso sí, en el recital religioso de Brotes de Olivo se cambió el registro musical, pues rescataron la canción que compusieron en 1994, en la primera vez que vinieron a Tenerife, dedicada a la Patrona. Hoy, ya de regreso, día de vítores y del himno, aprendido ya de carrerilla.

Regresa aunque llueva

La Virgen de Candelaria iniciará esta noche el regreso a su Basílica aunque llueva, dijo ayer el delegado episcopal de la visita, Jesús Agüín. En las últimas 48 horas se intensificado las reuniones con los técnicos del Cabildo, liderados por Pedro Valladares y se han valorado todas las posibilidades. En cualquier caso, iniciará el regreso. Si no llueve, se celebrará la esperada eucaristía esta noche, a las 20:00 horas, en la plaza del Cristo, donde se trasladará a la Patrona. Si llueve, la misa de acción de gracias se celebrará en la Catedral de La Laguna, para poner rumbo la imagen en la urna de metacrilato a Geneto a las diez de la noche. Si la lluvia es copiosa, los peregrinos irían en coche; si es un "chipichipi" o por rachas, irán con paraguas. La decisión final se anunciará a las 18:00 horas.

El recorrido de hoy

Hoy, a las 18:00 horas, está previsto el traslado de la Virgen de Candelaria -si no llueve- por La Carrera hasta la plaza del Adelantado. Allí visitará el monasterio de las Catalinas, para seguir por Nava y Grimón y Ernesto Ascanio y León y Huerta hasta el convento de las Claras, donde hará otro alto. De ahí seguirá por Viana hasta la plaza del Cristo. A las 20:00 horas se celebrará la eucaristía, con un altar al aire libre presidido por la imagen del Cristo y la Virgen de Candelaria. Para las 23:30 horas está previsto que la comitiva llegue a Las Dominicas de Geneto, después de recorrer La Trinidad y la rotonda del Padre Anchieta. Continuará por la carretera TF-263 para llegar a San Miguel de Geneto a la 1:00 horas, y a las 1:10 a El Sobradillo. A las 2:20 horas entrará en El Humilladero y a las 3:00 h., en Radazul Alto. Barranco Hondo la recibirá a las 4:20 horas y la residencia de mayores, a las 6:00. A las 7:40 habrá un cambio de paso y entrada a Candelaria por la gasolinera Sindo, para poner así rumbo a la Basílica, con un recibimiento previsto a las 9:10 horas.

La Virgen, con manto azul turquesa y vestido amarillo

"No existe la casualidad, sino la sincronicidad, una coincidencia que parece tan improbable que nos resulta mágica y epifánica". La frase del ensayista suizo Carl Jung la hace suya el camarero de la Virgen de Candelaria, Jaime Estévez, mientras sostiene en su mano el color de una de las camisetas oficiales de la peregrinación del bicentenario de la diócesis. "La Virgen regresa a su Basílica con el manto azul turquesa que fue bordado sobre terciopelo en 1973". El vestido será el amarillo que le restauró el propio Jaime Estévez y que reestrenó en febrero de 2017. Es el cuarto cambio de ropa, que se acometió anoche. El primero fue para la visita a Santa Cruz; el segundo, para salir a La Laguna, el tercero, en su estancia en Aguere y ahora, el regreso./ el día