Los preparativos en el trono que utilizará la Virgen de Candelaria en su visita a Santa Cruz y La Laguna (12-27 de octubre) hace ya tiempo que se encuentran en marcha, mientras que en estos días están afrontando sus últimos pasos. Se trata de una tarea que no es sencilla y que ha requerido de varios ajustes para que el resultado sea el óptimo. Según explica Antonio Díaz -uno de los responsables de esta parte de los trabajos previos a la peregrinación-, la colocación de unos varales de acero inoxidable a las andas de plata en las que irá la Morenita ha sido de los aspectos más visibles, lo que requirió también de la instalación de soportes para introducirlos. Además, fue necesario crear un marco inferior con unas pletinas de hierro y, por otra parte, se llevaron a cabo ajustes de cerrajería debajo de ese trono no motorizado -consistente en una estructura metálica con cuatro ruedas y un volante- para facilitar la labor de empujarlo en las procesiones. Cabe indicar que, como en otras ocasiones, en las zonas menos céntricas la imagen será transportada en una urna de metacrilato tirada por una grúa.

Asimismo, habrá dos nuevos elementos para sostener los bastones de mando de los ayuntamientos por los que pasará la talla, así como el de presidenta honoraria y perpetua del Cabildo de Tenerife, que le será entregado en la plaza del Tranvía, en La Cuesta, en el trayecto de Santa Cruz a La Laguna. Otra de las novedades está en unas nuevas cuelgas -que son esas telas que recubren la parte baja del trono- tipo brocado y en un tono beige.

Esa especie de vehículo para llevar a la Virgen es de la parroquia de La Concepción de La Laguna. Concretamente, es el que usa en sus procesiones la Inmaculada Concepción, así como los pasos de Semana Santa del Cristo del Rescate y las Lágrimas de San Pedro. La elección de ese carro no es fruto del azar, sino consecuencia directa de que la organización decidiese que la Morenita utilizara en esta visita las andas de la Inmaculada Concepción, las mismas que ya empleó en la inauguración de la Basílica de Candelaria, en 1959. Aquello tampoco fue por accidente: se debió a que tanto la Patrona como la Inmaculada de la parroquia de La Concepción de La Laguna salieron de la gubia del imaginero Fernando Estévez y ambas presentan unas dimensiones similares.

En la tarde del martes, en La Concepción lagunera, un grupo de voluntarios procedió a colocar las citadas andas sobre el trono. No menos llamativas fueron las labores de medición que se realizaron en verano. Según señaló el encargado del voluntariado, Pedro López, se emplearon dispositivos láser para determinar el tamaño de las puertas de La Concepción de Santa Cruz, la Catedral de La Laguna y los conventos de Las Claras y Las Catalinas, ambos en Aguere, para de esa forma evitar contratiempos en las entradas. Por su parte, la urna de metacrilato también ha tenido que pasar por el taller: ha sido sometida a trabajos de adecentamiento, pintura, limpieza de las planchas de metacrilato, y revisión de los frenos y del sistema eléctrico, precisó López.

Antonio Díaz, junto al trono de la Morenita

Antonio Díaz es uno de esos voluntarios que realizan una labor callada, a la vez que determinante, para que todo salga bien en la visita de la Virgen de Candelaria. Aparte de trabajar en los preparativos será el encargado de ir junto al trono de la Morenita durante su recorrido fuera de la urna, en un carro empujado por cargadores. Vinculado durante toda su vida al mundillo de la Semana Santa de La Laguna y a la parroquia de La Concepción, Antonio afirma que le ilusiona esa tarea que le han encomendado. "La última vez que vino estaba de voluntario", rememora cuando echa la vista hacia anteriores peregrinaciones. Por acordarse, se acuerda incluso del recorrido de la Patrona por toda la Isla entre 1964 y 1965: "Recuerdo ir a verla a San Lázaro y de cuando estuvo en La Concepción". En cuanto a los traslados más contemporáneos a la Ciudad de los Adelantados, Díaz fue en 1997 a la curva de Gracia como voluntario y colaboró en la Catedral, mientras que en 2009 realizó las flores para La Concepción, que fue el templo que albergó a la Virgen. Además, como miembro de una de las formaciones de música religiosa más conocidas de la ciudad, el Coro Epifanía, participó en la celebración de despedida, en la que también actuaron Los Sabandeños y el Orfeón La Paz.