María del Mar Cabrera, expresidenta de la Junta de Hermandades y Cofradías (JHC) de La Laguna, abrió anoche la Semana Santa del casco histórico con un pregón en el que se refirió en varias ocasiones a la existencia de una relación complicada entre las cofradías y los sacerdotes. "La convivencia hermandad-parroquia no ha sido siempre fácil", afirmó en un acto celebrado en La Concepción.

Esa fue una de las manifestaciones más destacadas de una intervención en la que también hubo recuerdos, vivencias cofrades y reflexiones con un componente más teológico. "Aunque es justo que diga que esa situación ha ido cambiando de unos años para acá, también lo es que todos seguimos deseando que llegue el día en el que la sintonía entre los laicos comprometidos y el clero sea auténticamente eficaz y verdadera", dijo acerca de esas dificultades.

Relató Cabrera que las hermandades le permitieron conocer la Pasión, que le atraía la Semana Santa ya desde la época en la que no había mujeres cofrades, que terminó incorporándose hace 24 años... "Estábamos muy expuestos a la crítica no siempre constructiva, y al escrutinio de muchas personas que solo a veces apoyaban nuestro trabajo", rememoró en cuanto a su etapa en la JHC.

"Esperemos que algún día no muy lejano vivamos en esta ciudad nuestra algo parecido, y que los cofrades asistamos a los actos que nosotros mismos organizamos", contrastó entre lo que sucede en Aguere y un pregón de la Semana Santa de Sevilla al que acudió años atrás. Eso sí, aseguró que quienes participan en estas citas religiosas no salen a la calle para que los "vean". "Conocemos el significado de las palabras entrega, dar, compartir, ayudar, colaborar, perdonar, unir...", sostuvo.

María del Mar Cabrera demandó un espacio para las hermandades laguneras, sus enseres y tronos, y también salió en defensa del arte sacro local: "La escuela de imaginería canaria ocupa, junto con la castellana, la andaluza y la murciana, uno de los puestos más importantes no solo de la escultura española, sino universal".

El leído ayer es un pregón que supone un cambio de registro. Por un lado, una mujer no asumía esta responsabilidad desde 2011 -y solo cuatro lo habían hecho desde 1949-; por otro, la designación de Cabrera se produjo fundamentalmente por su condición de expresidenta de la Junta de Hermandades y Cofradías, frente a lo que ha sido habitual hasta ahora de que diesen el pistoletazo de salida profesionales liberales, personajes de la cultura y religiosos.