Un grupo de vecinos del entorno de la antigua estación de guaguas de La Laguna recela de los trabajos que se están llevando a cabo en la zona, enmarcados en las medidas del Cabildo de Tenerife para la descongestión de la autopista del Norte (TF-5). Sus dudas giran alrededor de que consideran que no han recibido suficientes datos y de que las actuaciones, que ya se encuentran en marcha, no serán operativas.

Nazario Prieto es quien pone voz a la crítica. Según explica, se trata de más de medio centenar de residentes los que han presentado alegaciones en el ayuntamiento y algunos menos, en la institución insular. Pese a que hubo una asamblea en el Centro Ciudadano Las Madres, entiende que no les han dado "suficiente información" y que aquella cita no fue bien convocada.

Concretamente, las obras en el enlace de El Coromoto-San Benito fueron presentadas a inicios de diciembre y supondrán tres actuaciones fundamentales: la creación de un carril de acceso desde la TF-5 a San Benito -en sentido Norte-, la construcción de una glorieta a la entrada de los barrios de El Coromoto y Camino de La Villa, y la eliminación del desvío de la autopista en San Lázaro.

Ninguna de las tres acciones anteriores es compartida por ellos. Lamenta Prieto que en la rotonda situada al final de la calle San Antonio se forman colas diarias, con lo que incorporar a esa situación un flujo de vehículos procedente de la TF-5 creará un "colapso descomunal", y añade que al otro lado de la autopista, en esa glorieta prevista en la entrada a El Coromoto y Camino de La Villa, se exigirá a los conductores hacer "casi un ocho" para salir de ella. "Es mucho más sencillo tal y como está ahora; ese ocho es innecesario", mantiene. También se detiene en la retirada de los árboles, que asegura que ayudaban a atenuar un poco el ruido.

La de estos vecinos no es la única voz contraria que ha aparecido. En los últimos días del pasado mes, el presidente de la asociación Camino Real La Villa, Roberto Marrero, mostró su malestar con que no se hubiera contado con la participación de los residentes, y demandó un replanteamiento de las soluciones. El dirigente de este colectivo lagunero de nuevo cuño defendió que, en su opinión, no era necesario una actuación de esas características, sino la sola reorganización y un cambio de señalización en la zona.