María Cleofé López recurrió ayer a un fragmento de "La vida es sueño", de Calderón de Barca, en la presentación de las obras finalizadas del convento de Santa Catalina de Siena, más conocido como "Las Catalinas". No era para menos. López es la superiora del monasterio y han tenido que pasar cuatro fases, y más de 20 años -desde el estudio previo-, para ver la restauración culminada. "Confieso que, cuando menos lo esperábamos, nuestro sueño se ha hecho realidad", celebró.

La puesta de largo tuvo lugar en un acto a mediodía con presencia de los principales líderes políticos e instituciones: el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo; el del Cabildo, Carlos Alonso; el alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz; la consejera insular de Patrimonio y su homóloga en el ayuntamiento lagunero, Josefa Mesa y Candelaria Díaz, respectivamente. El cronista oficial de La Laguna, Eliseo Izquierdo; el arquitecto Sebastián Matías; el obispo, Bernardo Álvarez, y otras autoridades y representantes eclesiásticos también estuvieron en una cita a la que seguirá la apertura del antiguo noviciado -la zona en la que se ha centrado la última fase- hasta el 10 de diciembre (de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas). Ese punto del edificio albergará "en un plazo prudencial", en palabras de la superiora, espacios museísticos, del que uno de ellos estará dedicado a Sor María de Jesús.

Según cifró Matías, la inversión ha rondado los dos millones de euros y ha sido financiada por el Cabildo (74%), el Ayuntamiento de La Laguna (6%) y la Iglesia (20% y a través de fondos regionales). Los trabajos dieron comienzo en 1996 con el encargo de la institución insular de un estudio previo. Le siguió un plan director con una rehabilitación que se estructuraba en tres fases. Vendrían después variaciones en el proyecto, imprevistos, subfases... Hoy, finalmente, reluce de nuevo.