Tres funciones básicas: la de un sendero para el disfrute de todos los vecinos y visitantes; la de cortafuegos en una zona de tanto valor medioambiental como es la pista de Las Hiedras; y posiblemente la más importante, el acceso de emergencia entre los pueblos de El Batán, Bejía, El Río-Cabeza de Toro, Las Carboneras y Chinamada. Estos son los tres usos básicos de la pista que hoy en día se ha puesto de actualidad por las obras de adaptación y mejora que está realizando el área de Medio Ambiente del Cabildo en este punto, actuaciones que desde algún sector del ocio se han rechazado.

¿Pero qué tipo de obras se están ejecutando en 840 metros de los 4.600 que tiene de recorrido el sendero de Las Hiedras? "Pues unas actuaciones en las que se facilitará el acceso a las personas con diversidad funcional, además de los usuarios que normalmente utilizan el sendero para pasear o hacer deporte. Y todo respetando la normativa vigente al respecto y con el consenso de los colectivos vecinales de los pueblos de La Laguna que están radicados en el parque", dijo la directora del Parque Rural de Anaga, Pilar Martín.

En efecto. Para no dejar duda alguna, las asociaciones de vecinos Cuevas de Lino (El Batán), Bejía y Las Carboneras (faltó la AV Chinamada) organizaron una visita para conocer los detalles de una obra que "fuera del parque rural ha causado una polémica que no tendría razón porque parece que para algunos el sendero de Las Hiedras nace de unos años para acá", explicó el vicepresidente del colectivo de El Batán, Pedro Félix Rodríguez.

La historia de esta infraestructura se remonta a los años 60 cuando se construyó un pequeño camino para extraer piedra, rocas y arena. La piconera permitió la construcción de las carreteras principales de los pueblos laguneros de Anaga hasta que se cerró, momento en el que el antiguo Icona construyó un cortafuegos por el trazado longitudinal actual, 4.600 metros que unen la zona de la Hoya del Letrero (El Batán) y el caserío de El Río-Cabeza de Toro.

Hasta la fecha se ha mantenido el mismo trazado y ahora se están incorporado las mejoras de accesibilidad en 840 metros del camino. En este tramo los operarios de la empresa adjudicataria de las obras están construyendo "una caja" que albergará un pavimento especial acotado por pretiles y a su vez defendido por un murete para aguantar los desprendimientos que son normales en esta zona. "En el otro margen el propio material de la zona será compactado y mantendrá siempre el mismo rasante de la pista. En el caso de la obra, el propio color de la tierra desprendida mimetizará el espacio dejando casi imperceptibles las diferencias entre un lado y otro. Encima, el piso estará adaptado para vehículos de emergencia si surgiera algún problema como desprendimientos en las vías principales de esta parte de Anaga", explicó uno de los técnicos de la corporación.

Los muros, parte de la polémica, tendrán la función de aislar la zona de los pequeños desprendimientos que se producen, "destacando que las propias especies vegetales de la zona los invadirán. Pero una cosa bien clara. Se han respetado los árboles que existen en los márgenes de la pista y las afecciones han sido mínimas", apuntó la gestora del parque.

Los vecinos apuntaron que "es fácil criticar y sacar fotos cuando las máquinas están dentro del camino, los pretiles amontonados o cuando la piedra viva de los muros comienzan a tener forma, pero la realidad es que en este sendero se respeta el medio ambiente y se cuida el entorno y además se hace accesible a todos", dijeron.

Los vecinos defienden las actuaciones, unas obras que se aprobaron en 2015 (12 de mayo) por parte de la administración y que no recibieron alegaciones; que la licitación de las obras se publicaron en el BOP (11-11-16); que aprobaron los propios colectivos en el ámbito de la propia junta rectora del Parque Rural de Anaga; y que tienen el visto bueno de la empresa Sinpromi y "del propio colectivo ATAN".

"Pero todo esto tiene su razón de ser. Es un acceso de emergencia para los pueblos de Anaga. Es muy fácil venir los domingos y decir y criticar las cosas sin que nadie se dé cuenta de que necesitamos esta infraestructuras. Nadie más que nosotros quiere cuidar nuestro entorno. No necesitamos a nadie que venga de fuera a decirnos qué es lo que tenemos que hacer", defendieron Eutemio Rojas (AV Bejía), Valeriano Báez (El Batán) y Juan Manuel Martín (Las Carboneras).

Tanto residentes como técnicos y especialistas y miembros del Ayuntamiento de La Laguna esperan que en noviembre acaben las obras y por fin los vecinos y visitantes con cualquier problema de movilidad puedan disfrutar de un espacio único.

¿Un problema? Pues advierten que la zona de aparcamiento es muy pequeña y que las personas con movilidad reducida tendrán preferencia. La alternativa será adecuar uno en el entorno.