Cualquiera que alguna vez haya tenido que analizar un período temporal en la prensa coincidirá en que es una tarea casi siempre tediosa. Consiste básicamente en abrir cajas en alguna hemeroteca y consultar periódicos. Hacerlo de un par de meses o de años por imperativos académicos o para sacar adelante una investigación histórica se vuelve una odisea hasta para los más perseverantes, sobre todo por la falta de resultados de este tipo de búsquedas en ciertos momentos del proceso. Lo de Horacio Melián es otro nivel. Ha escrutado, día a día, los ejemplares de 178 años -tanto como pudo retroceder en el tiempo- para completar una recopilación de las noticias de los enclaves de Valle Jiménez, Valle Tabares y Los Campitos. Y no fue solamente en una cabecera, sino en un total de 44.

Vinculado durante toda su vida a Los Valles y trabajador del área de Gestión Tributaria del Ayuntamiento de La Laguna, Melián presentó ayer en el centro ciudadano de Valle Jiménez, a modo de pistoletazo de salida de las fiestas en honor de la Virgen de Fátima, "Los Valles de Tabares, Jiménez y Los Campitos a través de la prensa (1838-2016)", un trabajo titánico, de casi 500 páginas y que reúne todos los textos publicados de esos núcleos poblacionales, alrededor de 1.400. En el libro figuran cada uno de los contenidos -de cualquier tipo de género periodístico- con su fecha, hoja, periódico del que fue extraído y transcripción literal. Lograrlo le ha supuesto -"como mínimo", admite- tres décadas de ojear páginas y más páginas, aunque ha sido en los últimos años cuando más ha "apretado el acelerador".

"Realmente la historia, esa historia con minúsculas que acaso algunos la consideran un asunto menor, pero que sin duda radiografía la sociedad de cada época con mucha más lucidez que las obras de cualificados doctores, no está en las enciclopedias sino en los periódicos. Porque los periódicos, aunque hayan muerto, siguen estando vivos y en sus páginas está viva la historia de los pueblos y de las sociedades, convirtiéndose en auténticos santuarios del pasado cotidiano", comienza la introducción de su libro, en el que también recoge que el objetivo ha sido divulgar la historia de la zona "desde la mirada singular de la prensa" y ofrecer al lector una especie de "máquina del tiempo".

Todo comenzó en torno a sus padres. "Ellos, sin proponérselo, fueron los que de alguna forma iniciaron esta recopilación", detalla. "Tenían un bar y todos los días mi padre compraba un ejemplar bien de El Día, La Tarde o La Hoja del Lunes, según fuese menester. Pues bien, era mi madre quien cuando salía una noticia de algunos de estos tres valles guardaba la página correspondiente. Hasta que con el paso de los años esas hojas amarillentas llegaron a mis manos y me puse manos a la obra...". Y de ahí el resto.

El mejor aliado que ha encontrado Horacio es que lo que estaba haciendo le apasionaba. Intentaba buscar un hueco entre otras ocupaciones, dedicó horas de vacaciones a transcribir o, incluso, llegó a utilizar algún día libre para avanzar. No resulta extraño que se llegase a plantear pedir un préstamo si no encontraba a nadie que le editase la obra. Sin embargo, al final ha sido el área de Cultura del consistorio lagunero la que ha hecho posible que esta "gran crónica" vea la luz.

El autor también reconoce, en cualquier caso, que hubo momentos complicados a pesar de esas "fuertes dosis de optimismo y de ambición" con las que afrontó la empresa. "En ocasiones teníamos que rendirnos a la evidencia de que no aparecían noticias por ningún lado", afirma. De ahí que cada vez que encontraba un nuevo contenido "daba saltos de alegría, aunque fuese internamente".

¿Y a qué conclusiones ha podido llega? Una de las principales es que pocas cosas han cambiado en lo que se refiere a la aparición de Los Valles en la prensa. "Cuando aparece en prensa es o por obras de infraestructuras, quejas vecinales, fiestas, algún suceso y poco más", señala. "De todos los periódicos escudriñados, es EL DÍA quien más noticias aporta, sencillamente porque es el que más tiempo permanece en el mercado", hace constar al comienzo de esta nueva publicación.

Pese a lo todo lo anterior, entrega una parte del mérito a sus vecinos, que lo ayudaron a conseguir algunos ejemplares y le han cedido las fotografías que completan el trabajo, de cuya presentación se encargó Carlos Lite, que durante una larga etapa estuvo al frente del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de La Laguna y que, por eso, fue testigo de excepción del análisis diario que Horacio Melián hace de los rotativos tinerfeños para que su "máquina del tiempo" particular no deje de funcionar.