El colectivo Jocu y vecinos de las urbanizaciones Bejía y Chamorga reclamaron ayer el tapiado de los alcorques de la calle Santa Eulalia, en La Cuesta, un total de ocho huecos que existen a lo largo del viario que se han convertido en un auténtico peligro para los viandantes, principalmente jóvenes y mayores que a diario tienen la calle como ruta referente.

En este sentido, hace dos años el área de Parques y Jardines del Ayuntamiento de La Laguna decidió quitar los árboles de la especie "Brachychiton rosa" (originarios de Australia), que coronaban estas jardineras, porque sus raíces levantaban los tramos de acera de su ámbito, generando problemas de movilidad y caídas.

Una vez que los árboles fueron cortados, los alcorques los dejaron al aire y sus pretiles levantados y sin arreglar, lo que ha producido incidencias. La última, la producida hace unas semanas cuando una vecina cayó por las losetas levantadas del alcorque que está a la entrada de un gimnasio radicado a mitad de la calle.

"Es lamentable lo que ha ocurrido y sigue pasando, y todo porque los alcorques no se han tapiado, como el que arreglaron enfrente hace unos meses. Está bien que lo hayan tapiado, pero no comprendemos cómo desplazan a un grupo de operarios y no terminan por cerrar todos", explicó el presidente de Jocu, Bruno Barreto.

En la misma línea se expresaron vecinos de las comunidades de vecinos de los edificios Bejía y Chamorga.

Precisamente, un representante de esta última comunidad, Manuel Díaz, criticó que "no se haya realizado una actuación conjunta para arreglar las dos aceras que están afectadas". Dijo que "se trata de un problema de movilidad y seguridad que se podría arreglar de forma no muy complicada. El ayuntamiento debería haber aprovechado ya para hacer el trabajo de forma conjunta. Si taponaron una de las jardineras, podían haber hecho lo mismo con las otras".

Además, apuntaron la existencia de una tubería de agua del edificio Bejía que se encuentra en el ámbito de la acera, casi en la esquina con la calle Castro y Ayala. Esta cañería que se encuentra al aire también ha generado caídas y "se da la circunstancia de que está al lado de una de las jardineras que no se han tapiado, lo que impide que algunos carritos de coches puedan pasar con normalidad y tranquilidad".

Barreto apuntó para concluir que "ya se trata de tener un poquito de coherencia y de ir solucionando los problemas vecinales como un todo para aprovechar los recursos y no para escapar. Taparon un alcorque cuando deberían haber trabajado en todos ellos".

El colectivo vecinal y los residentes reclaman al ayuntamiento una actuación conjunta que contemple el tapiado de los ocho alcorques que faltan por cerrar para evitar así que sigan generando riesgos.