La lucha emprendida por la plataforma de Bajamar para lograr la mejorar de este núcleo costero empieza a dar sus primeros frutos. Sus representantes celebran esos avances, pero al mismo tiempo continúan con sus reivindicaciones. Uno de los elementos en los que se detienen son los inmuebles abandonados -en algunos casos, hasta declarados en ruinas-, que llegan al menos hasta la cifra de 20 pese a tratarse de un lugar no demasiado amplio.

"En junio nos dijeron que se iba a tirar la negra y no lo han hecho", afirma Diego Sigut, uno de los líderes del colectivo vecinal. Se refiere concretamente a la que es la "vivienda" más dañada y visible, que ha quedado reducida a unos bloques erosionados por el salitre, carente de techo y ubicada junto al paseo que discurre por el litoral.

En los alrededores de la anterior, otras dos, también a la vista de los usuarios de la playa y las piscinas. Pero no son las únicas. Más abajo, una casa terrera aparece lejos de su mejor versión y, en la entrada de un callejón de ese entorno, otra. Más ejemplos: en la zona conocida como Marianne, una construcción de color rosa en la avenida principal, otra enfrente de la antigua capilla y un inmueble que hace esquina en la calle Los Huaracheros. "Es un daño a la imagen del pueblo y un peligro para los viandantes", sostiene el representante sobre los anteriores casos y los restantes.

Uno de los puntos más afectados se encuentra en unos pasajes que llevan a la trasera de la casa de bloques citada al principio y de las colindantes. Hay en esa zona al menos tres ejemplos más. La lista la aumentan un domicilio cercano al supermercado y otro sin ventanas en la calle El Mástil.

"Parece un pueblo abandonado, un pueblo fantasma", expresa Sigut sobre el efecto que crean esas edificaciones en mal estado y que, en ocasiones, suponen un riesgo para los viandantes, cuya relación completan cinco inmuebles más en la avenida del Sol -incluido el desaparecido Hotel Delfín- y un sexto en la carretera general.

Desde un extremo al otro del pueblo

Las viviendas abandonadas se reparten de un extremo al otro del núcleo costero de Bajamar. En las imágenes, un pasaje cercano a la calle Los Huaracheros en el que se acumulan varios casos; la construcción más dañada, que hoy solo la componen bloques muy deteriorados, y otro de los inmuebles afectados, en la avenida del Sol.