El Ayuntamiento de La Laguna implicará a los ciudadanos en la mejora del Camino Viejo de Candelaria que discurre desde La Laguna a lo largo de 20 kilómetros desde su casco histórico hasta la Villa Mariana, un recorrido que data del siglo XVI.

Así lo adelantó el pasado miércoles la concejal de Medio Ambiente, Cruci Díaz, en la primera supervisión del recorrido que hizo junto a la consejera de Medio Ambiente del Cabildo tinerfeño, Ana Lupe Mora; el alcalde de Candelaria, Gumersindo García y su concejal de Medio Ambiente, Cecilia Otazo y el responsable municipal de Medio Ambiente y Montes del Ayuntamiento de El Rosario, Abel Acosta.

Estos dirigentes estuvieron asesorados por los diferentes técnicos insulares y municipales, para definir los aspectos más relevantes que contendrá el proyecto integral para la recuperación de este camino, que cuenta con el asesoramiento de expertos de la ULL.

En ese sentido, Díaz señaló que "este proceso tiene que ser participativo, con las aportaciones ciudadanas, un proyecto dinámico y respetuoso con las características propias de este municipio".

La concejal solicitó que se incluya en el citado proyecto integral que pretende llevar a cabo el Cabildo de Tenerife, el acerado de la vía insular de San Francisco de Paula, "tal y como viene de El Rosario, para garantizar la seguridad de los vecinos y de los propios peregrinos".

En su opinión, el documento debe contener también un apartado especial dedicado exclusivamente a la señalización del camino, con una imagen homogénea, reconocible por vecinos y turistas, "que se convierta en la marca del Camino Viejo de Candelaria, pero con las características y soportes propios del territorio por donde discurre el histórico camino", y solicita además que el proyecto sea ejecutado por fases.

La idea de esta iniciativa es que a lo largo del recorrido, que fue una de las principales vías de comunicación en épocas pasadas de esta zona de la isla, se recuperen y dinamicen lugares, entornos y espacios naturales como áreas de descanso, de visita y de interpretación para los peregrinos, en una vía con notables valores simbólicos, históricos, religiosos y etnográficos, que también puede tener un importante atractivo turístico.

En el caso del tramo de La Laguna, donde se conserva el recorrido original de paso de los caminantes, aunque alterado por el propio proceso de urbanización, se podrían acondicionar diferentes elementos, tales como la zona de uno de tantos calvarios existentes en el trayecto o los alrededores de una de las paradas de guaguas en el núcleo de Los Baldíos.