La plaza de la Catedral de La Laguna tendrá una nueva imagen que le conferirá una sensación de mayor amplitud, según destacó la concejal de Patrimonio, Julia Dorta, que añadió que las obras darán comienzo nada más se retiren las vallas que rodean dicho templo con motivo de los trabajos que se llevan a cabo para la colocación de las nuevas bóvedas y cúpula central de su cubierta.

La principal novedad que presentará la plaza es su pavimento con colocación de luces en algunas zonas que aportan una imagen de vía de acceso a la Catedral. El suelo de la plaza se cubrirá con losas de piedra de las canteras de Arico de color gris oscuro.

La entrada a la iglesia que da frente al Ateneo llevará tres franjas en el pavimento de color marrón rojizo, mientras que la caseta y estanque de los patos serán desplazados del lugar que ocupan en la actualidad en dirección hacia la trasera del templo y Casas Capitulares.

La zona perimetral de la plaza dispondrá de nuevas luminarias colocadas en la parte superior de postes de 6 y 8 metros de altura, y se contempla la colocación de nuevos bancos de madera, con lo que, una vez más, se planteará la polémica con un sector de la población que apuesta por conservar los antiguos de piedra.

La ubicación de focos en determinados lugares resaltará aspectos importantes como determinadas especies arbóreas y la fachada de la Catedral.

El Plan Especial de Protección del Casco Histórico (PEP) propone para la plaza de la Catedral la creación de un espacio de más superficie, abierto y claro para el templo, de manera que cumpla con la función urbana como antesala del monumento, además de proporcionar a los ciudadanos el atrio necesario para reunirse y conversar, lo cual califica Julia Dorta como fundamental dentro de las costumbres sociales antes y después de las ceremonias religiosas en esta iglesia.

El proyecto tiene previsto incorporar el sector de la calle San Juan frente a la Catedral al proyecto de la plaza, dejando un uso de tráfico restringido únicamente para accesos a ceremonias y urgencias, reducido a un solo carril.

La historia de la plaza

Este popular lugar de esparcimiento tiene el nombre oficial de Fray Albino y en antaño fue conocida con el nombre de plaza de los tenderos, ya que, según las Ordenanzas Municipales de 1670, junto con la plaza de San Miguel y la fuente de la Villa de Arriba, la plaza de Los Remedios era el lugar donde la Justicia permitía vender a los tenderos fruta y otras cosas menudas, mercancía que era supervisada por los diputados.

Los investigadores señalan que los orígenes de la plaza se remontan a cuando fue fundada la ciudad, ya que la iglesia de Los Remedios se debe al conquistador Alonso Fernández de Lugo. En los acuerdos del Cabildo, concretamente el 26 de marzo de 1515, se habló del templo, hoy Catedral, y del lugar donde se debía hacer la plaza para ennoblecimiento de la villa. "Acordose -dicen las Ordenanzas- que la capilla de la iglesia se meta adentro de los corrales que están delante y el cuerpo de la iglesia corra hacia la capilla e iglesia que ahora está, y a partir de ahora por una parte y otra quede por plaza, de manera que quede la iglesia, su capilla y su cementerio y plaza, todo compasado y cual convenga".

Junto con la de la Concepción la plaza de Los Remedios era del tipo denominado parroquial y las Ordenanzas dispusieron que debía tener un punto de abastecimiento de agua que, aunque nunca se llevó a cabo, contemplaría un pilar para sacar dicho líquido con una giganta grande en medio de un borde con los pechos descubiertos y las manos puestas en ellos, por los cuales saldrían dos caños de agua. En los dos extremos del pilar se dispuso que fueran dos leones grandes, "con los pies puestos en el suelo o sobre una grada y las manos encima del borde del pilar". Los responsables de la obra determinaron que cada uno tuviera en la boca un caño por donde saliera agua, todo labrado como el pilar que está en la plaza de Granada.

La plaza de Los Remedios se levantó en el centro de la ciudad, presidida por el templo que se levantó con el beneplácito del obispo Fernando de Arce y del conquistador. Se sabe de la existencia en el pasado de una ermita conocida con el nombre de Santa María de la Expectación, que tenía a su alrededor una plaza denominada de Santa María, nombre que también recibía la calle que pasaba por delante de ella. Luego se convirtió en plaza de Los Remedios hasta 1819, en que pasó a llamarse plaza de la Catedral. Este espacio fue importante para la lectura de los pregones públicos.

Según se puede apreciar en el plano de Torriani, tanto la plaza como la iglesia han mantenido su forma, ya que el perímetro del templo y las alineaciones han permanecido iguales.

El historiador Alejandro Cioranescu destaca en su guía de la ciudad de La Laguna que la plaza de Los Remedios estuvo al principio separada de la calle por un pretil construido en 1830 y suprimido en 1908.