El alcalde de Tegueste, José Manuel Molina, ha informado a través de un convenio urbanístico para recuperar para la Villa la hacienda del corsario Amaro Pargo, conocida en la actualidad como La Miravala, para luego darle un uso social, cultural y museístico dedicado al citado propietario, que fue también conocido como Amaro Rodríguez Felipe, afamado capitán de navío y comerciante.

Es de destacar que el corsario lagunero tuvo muchas propiedades, pero las casas que más valoró fueron la de la calle San Agustín, en La Laguna, donde vivió, y esta de Tegueste, por la que sintió especial predilección, ya que estaba cerca de donde cosechaba la uva de la que obtenía el aguardiente para venderlo en La Habana y por un oratorio que tenía la vivienda adornado con elementos de su tesoro.

La casa La Miravala disponía de bodega, cocina, oratorio, casa del mayordomo, lagar, destilería con calderas para aguardiente, portada almenada con cruz en lo alto, dos cisternas y un horno.

Es de destacar que tuvo dos casas más en la zona de El Agua de Dios y contó con tributos de dinero de hasta 977 reales por propiedades en El Socorro.

La vinculación de Amaro Pargo con El Socorro fue grande, y por ello el alcalde, José Manuel Molina, considera que es justo honrar su memoria, recuperando su casa para que los vecinos desarrollen actividades culturales y se pueda recordar al corsario con un pequeño museo con objetos de tan entrañable personaje, que fue declarado noble por la Corte.

Es de destacar que en 1743 se ejecutaban obras en la ermita de El Socorro, dirigidas por fray José Suárez, y que, una vez terminadas, dieron lugar, el 27 de septiembre de 1744, al traslado de la imagen de la Virgen de El Socorro desde el oratorio de la casa La Miravala al citado templo. Durante el acto ocurrió un prodigio, ya que la imagen fue escoltada por todas las palomas que había en la vivienda, posándose al final en el techo de la iglesia.

Aunque se desconoce la vinculación que pudo tener con la iglesia de El Socorro, no deja de ser significativo que en 1995, cuando se procedía a lijar la puerta del templo para pintarla, aparecieran varias anotaciones, entre las que sobresalió el nombre de Amaro Pargo.

El oratorio de la casa La Miravala contó con dos cálices de plata con sus paternas, una imagen de lienzo de la Virgen de El Rosario, vinagreras de plata con sus platillos y campanillas también de plata, candelero de plata, misales (romanos y de Santo Domingo), piedra de altar, casullas con albas, frontales con sus manteles, colgadura de brocatel, atriles, toallas, evangelistas de plata, crucifijos, un Lignum Crucis, láminas y colgaduras.

El corsario exportó buenos vinos, procedentes de sus viñas de vidueño y malvasía que tuvo en El Socorro, y aguardiente. Ello se demuestra con la herencia que dejó de bodegas y más de 100 pipas, toneles y cascos para dicha finalidad. En 1731 envió a La Guaira cuatro pipas y 105 frascos de vino y tres pipas y 128 frascos de aguardiente, que dejaron en el puerto venezolano los capitanes Amaro Machado de Vera y Pedro Ignacio de Olivera.

Al morir, entre muchísimas disposiciones testamentarias, dejo 61 fanegas de trigo y una viña de Tegueste, que llaman de Manrique, y la de El Calvario para la congregación de Santo Domingo.

Es de destacar que en su día vecinos de Tegueste denunciaron que la histórica casa La Miravala, estaba siendo desvalijada, ya que ha perdido elementos de su arquitectura y cantería. Los teguesteros no quieren que la casa termine en ruinas, como la que dicho personaje tuvo en El Rosario.