El pleno lagunero vive sesiones con momentos dignos de análisis psiquiátrico. El del pasado martes, por ejemplo, comenzó con un sorprendente acuerdo entre CC y PSC para que el plan económico financiero que ha aconsejado el interventor, después de que los últimos cambios presupuestarios dejen al ayuntamiento en déficit, se elabore cuanto antes y desde el máximo consenso posible. Sin embargo, el resto de esa convocatoria extraordinaria y urgente, que duró dos horas y se centró en modificaciones de partidas y reconocimientos extrajudiciales de créditos, estuvo marcada por los continuos y duros reproches entre nacionalistas y socialistas precisamente por la gestión económica allí donde gobiernan. Y es que, pese a que fuera del debate político hay, en general, buenas relaciones personales entre los ediles, el día a día del consistorio evidencia que, muy lejos de lo que ocurre en el Parlamento nacional, CC y PSC no son precisamente aliados.

El pacto ofrecido por Gustavo Matos (PSC), aceptado por el edil de Hacienda, Juan Antonio Alonso, chocó enseguida con la afirmación, absolutamente sentida, de Javier Abreu de que Alonso "es el peor concejal del área económica que ha tenido la ciudad: un desastre". Una tesis reforzada continuamente por Matos, quien, en su rueda de prensa del pasado lunes, mostró sus infinitas dudas sobre la viabilidad de ese pacto mientras se mantenga Alonso y su equipo en el área económica. De hecho, ha pedido en múltiples ocasiones su dimisión, topándose con el reiterado respaldo del alcalde al concejal de Tejina.

En el pleno, y como ha ocurrido en otras muchas sesiones, el portavoz de CC, Antonio Pérez Godiño, salió en auxilio de Alonso y recurrió a su sempiterno discurso, con muchos puntos ácidos y razonables, pero también con múltiples tópicos y excesos apocalípticos, sobre la gestión socialista en general, especialmente la del Gobierno central. "En economía, no pueden dar ni acepto ninguna lección de ustedes", suele espetarle a los socialistas, en un discurso que repiten otros ediles de CC, como Francisco Gutiérrez (Planificación), en cualquier réplica sobre asuntos dinerarios. Es más, el propio alcalde, Fernando Clavijo, ha intervenido infinidad de veces para censurar con dureza la política nacional, su "improvisación", el "no haber actuado hace dos años" o medidas que cree muy lejos de la teoría socialdemócrata y de la distribución justa de la riqueza y las cargas sociales, como los 400 euros o el cheque bebé de 2.500, que dice no haber cobrado aunque tuviera derecho.

Igual de contundente, y muchas veces ya irónico y cansado de la canción, Matos no para de recordarles a los ediles de CC y al máximo mandatario que "tan mal no lo haremos los socialistas si la ex alcaldesa lagunera y diputada de CC, Ana Oramas, apoya los presupuestos que elabora Zapatero".

La "guerra dialéctica" ha tenido puntos álgidos, como cuando el líder socialista local ha afirmado que "el mejor alcalde de La Laguna en este mandato está siendo ZP" por la inversión de 41 millones de euros en el municipio con las dos ediciones del Plan E.

Saavedra, "la excepción"

Claro que también ha habido excepciones, como cuando CC ha resaltado la visión del alcalde de Las Palmas, Jerónimo Saavedra, sobre la crisis y las medidas a tomar para ahondar en la supuesta división del PSOE a escala regional, por mucho que, inmediatamente, Matos, Abreu y otros ediles locales del PSC aprovechan la coyuntura para resaltar irónicamente que, "al menos, hay un socialista que hace algo bien".

Frente a estas trincheras, y aunque en buena parte de las ocasiones coincide con el PSC en sus críticas a la gestión de CC, el portavoz del PP, Rafael Becerra, censuró el martes que se planteara el citado pacto sobre el plan económico para equilibrar las cuentas porque considera que, sin comisiones previas y tras una convocatoria de urgencia, no era "ni el momento ni el lugar". Preocupado por la situación de las arcas, lo que sí planteó el edil conservador es la elaboración de una auditoría que refleje la auténtica realidad financiera local. La idea no tuvo mucha recepción ni éxito, por lo menos desde el gobierno.

A la espera de saber qué ocurre con los presupuestos del Estado de 2011, si CC los apoya y si salen o no adelante, de lo que depende en buena parte el futuro de ZP y el adelanto o no de las elecciones generales, lo que sí resulta previsible es que, hasta los comicios locales de mayo, esta partitura seguirá interpretándose en un consistorio que, aunque se trata de las mismas siglas, deja claro cada día que La Laguna no es Madrid.