El Tenerife ha visitado ya a cuatro de sus cinco rivales directos en la pelea por el "play off". En Albacete, Valdebebas, Lugo y Oviedo ganó un partido, empató otro y perdió los otros dos. Cuatro puntos de doce posibles. Por eso, el triunfo en la Ciudad Deportiva Fundación le daría un impulso en la persecusión al Real Madrid Castilla, reforzaría su posición ante sus competidores y casi descartaría a uno de ellos. Porque el Rayo Vallecano B solo ha ganado uno de los últimos cinco encuentros, ha cedido ante Coruxo y Montañeros en sus dos anteriores comparecencias como local y amenaza con bajarse del vagón principal del Grupo I de Segunda B.

Parece, por tanto, el duelo más complicado que le queda a los de Andrés García Tébar fuera de casa en estas últimas diez jornadas. No obstante, en ese debate futbolístico que parece instalado en la cabeza del técnico, no le viene mal el fútbol combinativo y atrevido del filial franjirrojo. Ahora que anuncia un fútbol más vertical y menos elaborado, el preparador albaceteño parece volver a sus orígenes. Frustrado el ensayo con Luismi Loro en el doble pivote, Zazo recupera su sitio y el fuenlabreño vuelve a la mediapunta. Además, regresa Sergio Aragoneses después de sus dos partidos de sanción y Kike López pasará a la banda izquierda. Sustituirá en esta ubicación a Víctor Bravo, que no ha entrado en la convocatoria.

Entre las dificultades que pueda encontrar el Tenerife está la superficie. Es césped natural, pero en unas condiciones más bien deficitarias. Además, se trata de un campo para algo menos de un millar de espectadores, por lo que el ambiente tenderá a gélido. Y esas circunstancias no suelen propiciar la mejor versión blanquiazul. Por si fuera poco, el Rayo B solo tendrá las bajas del exblanquiazul Aitor Núñez y de Diego Benito, convocado ayer con el primer equipo. En cambio, recupera a Alberto Perea y Rayco con los que no contó Sandoval.