El Barcelona arrancará mañana su recorrido para hacerse con el segundo título de campeón del mundo de clubes, en Japón, un país escasamente propicio para los intereses azulgranas en esta competición, ya que en las dos anteriores citas en el país del sol naciente perdió la final.

De hacerse con el título en Japón, será el tercero de la temporada para los barcelonistas (Supercopa de Europa y de España) y el quinto del año (Liga y Liga de Campeones), uno menos que el exitoso 2009 y hasta la fecha inigualable, en el que el equipo de Josep Guardiola lo ganó todo: Copa del Rey, Liga, Liga de Campeones, Supercopa de España, de Europa y Mundial de Clubes.

El Barcelona ha quedado emparejado para la semifinal del presente mundial con el Al Sadd catarí, en lo más parecido a un lejano derby, debido a los lazos que desde hace meses ha establecido el conjunto catalán con el pequeño país del Golfo Pérsico, cuya fundación luce como logotipo en su camiseta (''Qatar Foundation'').

Antes del partido, el Barcelona ya conocerá al primer finalista del torneo, que saldrá del Santos brasileño y el Kashiwa Reysol japonés (se juega hoy, miércoles).

Esta será la cuarta participación del Barça en el mundial de clubes -anteriormente Copa Intercontinental y Copa Toyota- y la tercera que disputará en Japón. En las dos anteriores en el país nipón, el equipo azulgrana se quedó sin cerrar un año redondo tras lograr el doblete: la Copa de Europa y la Liga.

El primer contratiempo fue en el 1992, año en el que el Barça hizo el doblete, con Liga y Copa de Europa, pero en el partido único de la Copa Intercontinental se encontró a un São Paulo, entrenado por Telê Santana, insuperable y letal.

El Barcelona perdió 2-1 en el Estadio Olímpico Nacional de Tokio, a pesar de haberse adelantado con un gol de Hristo Stoichkov, al que respondió el brasileño Raí con dos tantos. El Barça que entrenaba Johan Cruyff formó aquel partido con el siguiente equipo titular: Zubizarreta, Ferrer, Koeman, Eusebio, Bakero, Guardiola, Amor, Laudrup, Witschge, Stoichkov y Begiristain.

En el año 2000 la competición dio un vuelco para convertirse momentáneamente en el Mundial de clubes, que arrancó en Brasil, pero un desacuerdo con el patrocinador (Toyota) de la Copa Intercontinental, frenó por completo el Mundial hasta cinco años después.

En el 2006, el Barcelona regresó a Japón con su segunda Liga de Campeones bajo el brazo para estrenarse en el nuevo formato de Mundial de Clubes, en el que ya participan los campeones de todas las confederaciones.

No fue un gran final de año para los azulgranas, que volvían a Japón también con el doblete bajo el brazo (Liga y Liga de Campeones), pues el que iba a convertirse en la condena de aquel brillante equipo vivió en el país del sol naciente el segundo revés, después del que meses atrás el equipo de Frank Rijkaard recibió en la Supercopa de Europa contra el Sevilla.

Tras una semifinal sin fisuras contra el flojo América mexicano (4-0) a finales del 2006, el Barcelona volvió a caer en una final en Japón, esta vez ante el Internacional de Porto Alegre brasileño por 1-0 (Adriano Gabiru, min.82).

La decepción fue mayúscula en las filas azulgrana aquel 17 de diciembre en el Estadio Internacional de Yokohama. El Barça formó con este once: Víctor Valdés, Márquez, Puyol, Van Bronckhorst, Zambrotta, Deco, Iniesta, Motta, Ronaldinho, Giuly y Gudjohnsen.

El éxito definitivo en este torneo le llegó también en Asia, pero en los Emiratos Árabes, donde hace dos años en el emirato de Abu Dabi los barcelonista levantaron su primer título en el mundial de clubes, tras derrotar en la final al Estudiantes argentino por 2-1.