La tarraconense Berta Castells, único miembro del equipo español que compitió ayer en la séptima jornada del Mundial, ha quedado eliminada en la calificación de martillo con un mejor lanzamiento de 67,74 metros.

Con esa marca, la española ocupó el décimo lugar de su grupo (B) y el decimoctavo en la clasificación general. A la final sólo accedían las doce mejores entre los dos grupos.

Por su parte, Manuel Olmedo, sevillano de 28 años, excorredor de 800, constituye la última esperanza española de medalla en Daegu aún cuando la final de 1.500 se le presente, hoy, sin experiencia suficiente para manejarse en las sutilezas tácticas del mediofondo.

Después que Olmedo todavía competirán, en la sesión matutina de la jornada de clausura, los maratonistas Chema Martínez, Pablo Villalobos y José Ignacio Díaz, y por la tarde Jesús España en la final de 5.000, pero ninguno de ellos tiene posibilidades reales de acercarse al podio.

La final se presenta, por tanto muy abierta, y su desenlace dependerá mucho de cómo la afronten los africanos, si se deciden a endurecerla para dejar sin piernas a los rematadores ("killers") como Manuel Olmedo, o prefieren ceder la responsabilidad a otros para sentenciar en el último 500.

Por último, Usain Bolt, protagonista del mayor fiasco acaecido hasta hoy en los Mundiales de Daegu con su descalificación en la final de 100 metros, se ganó ayer una oportunidad de redención en la final de 200, tras superar sin contratiempos las dos primeras rondas.