El suizo Roger Federer derrotó a Novak Djokovic por 7-6 (5), 6-3, 3-6 y 7-6 (5), en tres horas y 39 minutos, al límite de luz, impidió que el serbio se convirtiera en número uno del mundo, de momento, y se clasificó para disputar su cuarta final de Roland Garros contra el español Rafael Nadal. El español, que venció antes al británico Andy Murray por 6-4, 7-5 y 6-4, para alcanzar su sexta final en París, debe ahora ganar el título para conservar su estatus. Así igualaría los seis del sueco Bjorn Borg, además. Si pierde, Djokovic se lo arrebatará después de estar Rafa 98 semanas al frente de la clasificación.

Federer fue el último jugador que había ganado a Djokovic el año pasado en las semifinales de la Copa Masters en Londres, y ayer volvió a derrotarle para cortar la racha de 43 victorias consecutivas que el de Belgrado llevaba desde entonces (41 esta temporada).

El serbio, que llevaba cuatro días sin jugar, se ha quedado a una de igualar con el checo Ivan Lendl y a tres de alcanzar al argentino Guillermo Vilas. Pero lo que más le duele a Djokovic es que de haber ganado este partido, además de haber significado su primera final en Roland Garros, habría arrebatado por sí mismo el puesto de número uno a Rafael Nadal. Ahora dependerá de Federer.

El suizo realizó un partido extraordinario, algo que no quisieron perderse leyendas del tenis como Kuerten, Courier, Martina Navratilova y Goran Ivanisevic.