LA CANTERA puede marcar el derby. Eso dicen en Las Palmas. Y hasta en Tenerife se escucha que la mayor presencia de jugadores locales beneficiará a los amarillos. Es verdad que Paco Jémez ha hecho debutar a Aythami, Juanpe, Armiche, Jonathan Viera, Vicente, Vitolo, Randy, Tyronne, además de contar ya con David García, David González, Guayre o Ruymán. Pero no lo es menos que, excepto los llegados este curso, la mayor parte de la plantilla blanquiazul ya sabe lo que es jugar un derby. Y ganarlo.

Nos quedan Ricardo, Omar e Iriome como representación tinerfeña. A ellos les habrá tocado asumir el papel de instructores (que en otros tiempos correspondía a Cristo o Ayoze) durante la semana. La motivación, principal incentivo de la condición de isleño en este partido, tiene que venir por muchas otras cosas: la trascendencia del partido para el último clasificado, la necesidad de encontrar un punto de inflexión, la incómoda posición de su técnico, el ambiente que se va a generar en el Heliodoro...

Hay muchas, pero me permito añadir una más. Ayer hablamos en Radio El Día con Fernando (Italia), Diego (Dinamarca), Emilio (Senegal), Maikel (Sudán), Frank (Estados Unidos) o Juan Víctor (Antártida). Son seis ejemplos de los muchos aficionados tinerfeñistas que se encuentran repartidos por el mundo, ya sea por estudios o motivos laborales. Pero que, allá donde van, se llevan a su equipo. Son blanquiazules por el mundo. El domingo no podrán estar en el estadio, aunque querrían. Y se merecen una alegría.