La localización bajo el mar del volcán de El Hierro está ayudando a que las emisiones de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera sean inferiores a las que provocan las erupciones en tierra, según ha comprobado un equipo del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) de Tenerife.

Las mediciones de este organismo, asociado al Instituto de Volcanología de Canarias (Involcán), muestran que el pasado domingo la erupción estaba emitiendo a la atmósfera 109 toneladas de SO2 diarias, mientras que al día siguiente cayeron a 36 toneladas.

"Estos resultados reflejan una tasa de emisión de dióxido de azufre relativamente inferior a las que normalmente se registran en sistemas volcánicos subaéreos en fase eruptiva, como consecuencia de una reacción de neutralización entre los gases volcánicos ácidos y el agua de mar de naturaleza alcalina", explicó el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) de Tenerife, a través de un comunicado difundido por el Gobierno de Canarias.

Esa reacción en el agua evita que gran parte del SO2 alcance la atmósfera y además contribuye a reducir el pH del agua del mar, como han comprobado los buques científicos "Profesor Ignacio Lozano" y "Ramón Margalef", del Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) y Instituto Español de Oceanografía (IEO), respectivamente.

Estas medidas de emisión de dióxido de azufre (SO2) se han realizado mediante el uso de sensores ópticos remotos embarcados en los helicópteros de la Guardia Civil.

Mejora de las aguas

La gran concentración de hierro disuelto en las aguas superficiales en las inmediaciones del volcán submarino es un elemento fertilizante, que ayuda a digerir la mancha y que está permitiendo que los productos vegetales crezcan y asimilen los excesos de nutrientes que se están emitiendo en la erupción de El Hierro.

Así lo aseguraron Alberto Brito, catedrático en Biología Marina en la Universidad de La Laguna e investigador que ha trabajado en el buque "Ramón Margalef" para analizar el impacto de la erupción en el ecosistema marino, y Antonio Ramos, profesor del departamento de Biología Animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Los investigadores del buque científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO) facilitaron el pasado lunes a la dirección del Plan Especial de Protección Civil por Riesgo Volcánico de la Comunidad Autónoma de Canarias (Pevolca) un informe en el que indicaban que la concentración del hierro disuelto en las aguas superficiales quince minutos después de la erupción del domingo era cuatro millones de veces más alto que en condiciones normales.

Antonio Ramos explicó que esta cantidad de hierro disuelto es un mecanismo de autorregulación del océano y destacó que todos los seres vivos necesitan hierro cuando la concentración de este elemento en el agua es muy baja.

El hierro disuelto que han observado los científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) puede servir para aumentar la productividad de las aguas en las zonas alejadas al calentamiento y a la acidez, explicó el experto Alberto Brito.

Las aguas son deficitarias en hierro, añadió el especialista, cuando es un elemento que utilizan los organismos que hacen la fotosíntesis, por lo que aumentará la productividad del plancton.

Antonio Ramos agregó que los elementos metálicos suelen aparecer en este tipo de erupciones volcánicas.

El problema del hierro en el agua es que su producto de solubilidad es muy bajo, por lo que si se incrementa una pequeña cantidad de este elemento automáticamente se precipita porque el océano no tiene capacidad suficiente para disolverlo.