> Un año antes de que el periodista Yamal Jashogi fuera asesinado, el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Samán, dijo a un asesor que iba a usar "una bala" contra el periodista si no volvía al país y ponía fin a sus críticas contra el Gobierno, según ha informado este jueves el diario estadounidense ''The New York Times''.

Los comentarios de Bin Salmán a un asesor en 2017 se hicieron mucho antes de que Jashogi fuera asesinado en octubre de 2018 en el consulado saudí de Estambul, según el diario, que ha citado a funcionarios actuales y anteriores tanto estadounidenses como extranjeros. Según ''The New York Times'', los comentarios fueron interceptados por las agencias de Inteligencia de Estados Unidos.

Los analistas de Inteligencia estadounidenses han interpretado el comentario de "la bala" de forma metafórica, por lo que el príncipe heredero no tendría que referirse necesariamente a disparar a Jashogi. Sin embargo, sí creen que Bin Salmán mostró su intención de que el periodista fuera asesinado si no regresaba al reino, según el periódico.

Riad ha insistido en reiteradas ocasiones en que el príncipe heredero no ha estado involucrado en el asesinato del periodista saudí.

Horas antes, la relatora de Naciones Unidas que encabeza las investigaciones sobre el asesinato de Jashogi, Agnes Callamard, ha afirmado que el periodista saudí fue "víctima de un asesinato brutal y premeditado, planificado y perpetrado por funcionarios de Arabia Saudí".

En un comunicado publicado tras su visita a Turquía para conocer sobre el terreno el máximo de datos posible sobre el caso, ha dicho que "las pruebas recopiladas" durante su misión "muestran ''prime facie''" este extremo.

Callamard, que presentará su informe final en junio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ha resaltado que las investigaciones de su equipo son "un paso necesario, entre otros, para revelar la verdad y una rendición de cuentas formal".

EL ASESINATO DE JASHOGI

Jashogi, un periodista crítico con el régimen saudí que vivía fuera del país y que escribía para el diario ''The Washington Post'', fue asesinado el 2 de octubre de 2018 en el interior del Consulado de Arabia Saudí en Estambul, donde había acudido para hacer los trámites para poder casarse con su prometida.

Tras varias declaraciones contradictorias sobre lo que le sucedió a Jashogi, el régimen saudí reconoció que fue asesinado dentro de la legación diplomática por funcionarios que terminaron desmembrando su cuerpo.

El Gobierno turco ha dicho en anteriores ocasiones que está trabajando en colaboración con otros países en el marco de la investigación del asesinato de Jashogi y ha acusado a las autoridades saudíes de no estar cooperando para descubrir la verdad.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mantiene que el asesinato de Jashogi fue ordenado en los más altos niveles de la jerarquía saudí, aunque el régimen saudí ha negado cualquier implicación del príncipe heredero, Mohamed bin Salmán.

Los fiscales saudíes han solicitado la pena de muerte para cinco de los once sospechosos detenidos por el asesinato del periodista crítico, que provocó la condena de la comunidad internacional y que dañó gravemente la imagen reformadora del príncipe heredero saudí.

Arabia Saudí ha afrontado una intensa presión internacional por el asesinato de Jashogi, también por parte de Estados Unidos, su principal aliado, cuyo Senado ha aprobado una resolución que culpa directamente al príncipe por el crimen.