El presidente saliente de la República Democrática del Congo (RDC), Joseph Kabila, se despidió de la nación elogiando la alternancia pacífica de poder y pidió apoyo para su sucesor, el opositor Félix Tshisekedi, quien hoy jurará el cargo.

"Os pido que apoyéis al presidente electo de forma abrumadora, al igual que lo hicisteis durante mis 18 años al mando del país. El nuevo jefe de Estado podrá contar conmigo", dijo Kabila en un discurso emitido a última hora del miércoles en la televisión estatal (RTNC).

En su último mensaje dirigido a la nación como jefe de Estado, Kabila invitó al hasta ahora opositor Tshisekedi a "preservar los valores procedentes de los padres de la independencia y proteger al país de sus depredadores".

El presidente saliente también abogó por la convivencia y por crear una "gran coalición de todas las fuerzas progresistas del país, por el bien del mismo".

Kabila también recordó su recorrido político y dijo "haber hecho mucho, sin pretender hacerlo todo y nunca haber traicionado su juramento".

Tshisekedi jurará hoy el cargo como quinto presidente del país este jueves, en una ceremonia que está programada a las 12.30 horas (11.30 GMT) en el palacio presidencial de Kinshasa.

Esta ceremonia de investidura supondrá el primer traspaso pacífico de poderes en la RDC desde que jurara el cargo en 1960 el primer ministro Patrice Lumumba, el primer mandatario electo tras la independencia de Bélgica, asesinado un año después.

Tshisekedi, un exdiputado nacional hijo del histórico líder opositor Étienne Tshisekedi, ganó las elecciones del pasado 30 de diciembre con el 38,57 % de los votos, seguido del también opositor Martin Fayulu, con 34,86 %, en un resultado hecho público por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) y avalado por la Corte Constitucional.

Tanto las elecciones como los resultados han sido tachados de fraudulentos por Fayulu y la influyente Conferencia Episcopal congoleña, que pidieron un nuevo recuento de los votos al asegurar que, según sus datos, él habría aglutinado el 61 % del apoyo.

Las elecciones del 30 de diciembre pusieron fin a dos años de atrasos e incertidumbre, desde que Kabila -en el poder desde 2001- concluyera por ley su segundo y último mandato en diciembre de 2016.

Un nuevo aplazamiento se produjo a finales de diciembre, con un cambio de fecha del 23 al día 30, y días después, la CENI pospuso hasta marzo de 2019 los comicios en Beni y Butembo (noreste) y Yumbi (oeste) por la epidemia de ébola y la violencia étnica, respectivamente, lo que excluyó a más de un millón de electores.