Miles de personas asisten hoy en Gdansk al funeral del que fuera alcalde de esta ciudad polaca, Pawel Adamowicz, quien murió el pasado lunes por las heridas de arma blanca que le causó un exconvicto durante un acto benéfico popular.

Cerca de 4.500 personas abarrotaron la basílica de Santa María de Gdansk, incluidos el premio Nobel de la Paz Lech Walesa; el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que como Walesa también es natural de esta ciudad, y la primera plana del Gobierno polaco.

Mientras el funeral tenía lugar en la basílica, alrededor de 40.000 ciudadanos, muchos llegados horas antes para poder coger un buen sitio, se apretujaron en silencio en las calles aledañas para dar su último adiós a Adamowicz, alcalde de Gdansk durante los últimos 20 años.

En varias ciudades polacas se instalaron pantallas gigantes para poder seguir la ceremonia en vivo, en una jornada de luto nacional en la que las banderas lucen a media asta y se han suspendido todos los actos multitudinarios.

Adamowicz, que ha fallecido a los 53 años, deja una esposa y dos hijas, de 15 y 8 años.

Pawel Adamowicz era miembro del principal partido de la oposición en Polonia, la fuerza liberal de centroderecha Plataforma Ciudadana, y alcalde desde 1988 de Gdansk, donde este otoño consiguió la reelección con el 65 % de los votos.

Era, además, una de las figuras de Plataforma Cívica más activas en su oposición a la fuerza gobernante en Polonia, el partido nacionalista Ley y Justicia, y había enarbolado varias campañas a favor de los refugiados y contra las polémicas reformas emprendidas por el Gobierno polaco.

Algunas voces han querido ver en la retórica extremista y la radicalización del discurso político en Polonia una de las causas del asesinato de Adamowicz, y han acusado al partido gobernante de venir alimentado con su discurso la división y polarización de la sociedad polaca.

En este clima de críticas a la confrontación política, el arzobispo de Gdansk, Leszek Glodz, pidió durante su homilía "un esfuerzo para alcanzar más armonía en la vida política polaca".

Aunque todo apunta a que el asesino de Adamowicz es un desequilibrado que no actuó, inicialmente, por motivación política, lo cierto es que el alcalde de Gdansk ya estaba en la diana de las críticas de los sectores más reaccionarios de la sociedad polaca.

Sin ir más lejos, el año pasado el grupo de ultraderecha Juventud Polaca emitía un certificado de defunción falso para once alcaldes liberales, entre ellos Adamowicz, y entre las causas de su muerte simbólica se enumeraba el "liberalismo, multiculturalismo y la estupidez".

En los últimas días, la policía polaca ha detenido a varias personas acusadas de delito de odio en las redes sociales, donde han expresado su deseo de que continúen las muertes de políticos liberales o se han congratulado del asesinato de Pawel Adamowicz.

Los restos del que fuera alcalde de Gdansk han sido incinerados y reposarán en basílica de Santa María.