El presidente ruso, Vladímir Putin, reiteró hoy su apoyo a Serbia en una visita a Belgrado, el principal aliado de Moscú en los Balcanes, donde fue recibido por una multitud entusiasta que enarbolaba pancartas con lemas como "Serbia y Rusia amigos eternos" o "Serbia y Rusia, hermanos para siempre".

Acompañado de una nutrida delegación de ministros y empresarios, Putin se reunió con su homólogo serbio, Aleksandar Vucic, a quien condecoró después, ante la prensa, con la orden de Alexandr Nevski, una alta distinción rusa, por su contribución al desarrollo de las relaciones entre ambos países.

Unos 20 acuerdos bilaterales, memorandos y protocolos de cooperación en materia de energía, infraestructuras, digitalización e innovaciones, y técnico-militar, educación y ciencia, entre otros ámbitos, fueron firmados durante esta visita oficial.

En rueda de prensa conjunta, Putin expresó su apoyo a Belgrado sobre todo en el conflicto con Kosovo y denunció que la reciente decisión de Pristina de crear un Ejército es un paso desestabilizador para la región.

"Es una abierta violación de la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU", pues ésta autoriza únicamente el despliegue de fuerzas de Naciones Unidas en Kosovo, subrayó el líder ruso.

"Rusia comparte plenamente la preocupación de las autoridades serbias. Tales acciones irresponsables de los dirigentes de Kosovo pueden llevar a la desestabilización en los Balcanes", advirtió.

También criticó como ineficaz la mediación que desde hace años lleva a cabo la Unión Europea (UE) para lograr una normalización de las relaciones entre Belgrado y Pristina.

A pesar del compromiso de Pristina de establecer municipios serbios en Kosovo, "no se ha creado nada", resaltó Putin, cuyo país, a diferencia de la mayoría de las potencias occidentales no reconoce la independencia que Kosovo, antigua provincia serbia, proclamó de forma unilateral en 2008.

Para Belgrado, que tampoco acepta la soberanía kosovar, el apoyo de Moscú es de gran peso en la arena internacional, dada la condición de Rusia como miembro permanente y con derecho a veto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidos.

Serbia y Rusia, países de población mayoritariamente eslava y de religión ortodoxa, mantienen relaciones de estrecha amistad.

Belgrado, por ejemplo, no ha aplicado sanciones a Rusia por la anexión de la península ucraniana de Crimea.

Por su parte, Vucic expresó su "profundo" agradecimiento, tanto por la condecoración recibida como por el apoyo a "los intereses vitales de Serbia".

Decenas de miles de ciudadanos se congregaron ante la iglesia de San Sava, uno de los mayores templos ortodoxos del mundo, para recibir y saludar a Putin.

Rusia ha donado varios millones de euros para un gran mosaico, elaborado por artistas rusos y serbios, para la catedral, aún en construcción, que representa una importante atracción para turistas, y según anunció hoy Vucic, Moscú hará una nueva donación para el templo.

En cuanto al suministro de energía, asunto en el que Serbia depende casi totalmente de Rusia, Putin declaró que Moscú trabaja con Belgrado para extender el gasoducto TurkStream a Europa central a través de suelo serbio, y que para ello podría invertir 1.400 millones de dólares.

Vucic calificó este proyecto "gran importancia" para el desarrollo de la industria y economía de Serbia, puesto que el gas ruso "es el mejor y el más barato".

TurkStream, que comenzó a construirse en 2017, es un proyecto surgido después de que el consorcio ruso Gazprom decidiera abandonar, debido a las exigencias de Bruselas, los planes para tender el gasoducto South Stream.

El tendido de su tramo submarino se concluyó en noviembre pasado y se espera que el gasoducto, de una longitud total de 930 kilómetros, entre en funcionamiento antes del fin de este año, mientras se analizan diferentes variantes de prolongarlo por tierra a Europa.

Una de las posibles rutas atravesaría Bulgaria, Serbia y Hungría, antes de conectar con un centro de distribución en Austria, pero el resultado final "dependerá mucho de si los países de la UE serán capaces de defender sus intereses nacionales en el diálogo con las estructuras europeas", insistió hoy Putin.

Serbia aspira a ingresar como miembro de pleno derecho en la Unión Europea (UE) hacia el año 2025.