Una potente explosión ha sacudido este viernes las refinerías ubicadas en el puerto de la ciudad yemení de Adén (oeste), desencadenando un incendio en el lugar, según ha informado la cadena de televisión saudí Al Arabiya.

La cadena ha señalado que las causas detrás de la explosión no están claras por el momento, sin que haya informaciones sobre víctimas. Las imágenes publicadas en el lugar muestran un incendio de grandes proporciones.

Poco antes, la coalición internacional que encabeza Arabia Saudí ha anunciado la destrucción de un centro de comunicación y control supuestamente usado por los huthis para llevar a cabo ataques con drones, tal y como ha recogido la cadena de televisión saudí Al Ejbariya.

Estos incidentes tienen lugar un día después de la muerte de al menos seis militares en un ataque perpetrado por los rebeldes con vehículos aéreos no tripulados contra un desfile dentro de una base militar en la provincia de Lahaj (sur).

El ataque se saldó además con 20 heridos, entre ellos el gobernador provincial, el ''número dos'' del Estado Mayor del Ejército, el jefe de la unidad de Inteligencia del Ejército y varios periodistas.

"Esto demuestra una vez más que las milicias criminales huthis no están preparadas para la paz y que explotan las treguas para desplegarse y reforzarse", destacó el ministro de Información del Gobierno reconocido internacionalmente, Muamar al Iryani.

El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Martin Griffiths, expresó horas después su "alarma" por la "escalada de violencia" en el país y pidió a las partes en conflicto que "ejerzan la contención y eviten un recrudecimiento".

Asimismo, solicitó a las partes que "creen un clima favorable para mantener el impulso positivo generado por las consultas en Suecia y el reinicio del proceso de paz en Yemen", tal y como ha señalado su oficina a través de su cuenta en la red social Twitter.

ACUERDOS EN SUECIA

El propio Griffiths subrayó el miércoles que las partes en conflicto han respetado "ampliamente" el acuerdo de alto el fuego en la localidad de Hodeida, que entró en vigor el 18 de diciembre a raíz del acuerdo alcanzado días antes entre las partes en Suecia.

"Ha habido una disminución significativa de las hostilidades desde entonces", valoró, antes de recalcar que "los incidentes violentos en Hodeida han sido extraordinariamente limitados en comparación con las semanas previas a las consultas en Estocolmo".

"Esta calma relativa indica el continuado compromiso de las partes a ceñirse al Acuerdo de Estocolmo", manifestó Griffiths, quien aplaudió además la activación de las operaciones del equipo de avanzadilla de la misión de observación de alto el fuego, encabezada por Patrick Cammaert.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha pedido al Consejo de Seguridad del organismo que apruebe el despliegue de hasta 75 observadores en Hodeida durante un periodo de seis meses para supervisar el cumplimiento del acuerdo de alto el fuego y repliegue de las partes en conflicto.

El Consejo de Seguridad tendrá que tomar una decisión respecto a la petición de Guterres antes del 20 de enero, cuando expira la autorización de 30 días para un equipo de supervisión de avanzadilla encabezado por Cammert. Por el momento se desconoce cuántos observadores están sobre el terreno.

Después de cinco años de guerra, los huthis controlan la mayoría de las zonas pobladas del país, mientras que el Gobierno del presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi se sostiene en el reducto de Adén, en el sur, gracias al apoyo militar de Arabia Saudí y sus aliados.

La guerra ha sumido al que ya era el país más pobre del Golfo en la peor crisis humanitaria del mundo. Según la ONU, unas 16.000 personas han muerto y el 80 por ciento de la población depende de la ayuda para sobrevivir.