El arresto del supuesto espía estadounidense Paul Whelan en Moscú no guarda ninguna relación con la situación que atraviesan "algunos ciudadanos" rusos en EEUU, afirmaron hoy las autoridades rusas en una clara alusión al proceso contra la supuesta agente de Moscú María Butina que se desarrolla en Washington.

"Aquí no hay ni puede haber relación alguna con las circunstancias en las que se encuentran algunos ciudadanos estadounidenses, y, naturalmente, rusos en EEUU", dijo el viceministro de Exteriores ruso, Sergueí Riabkov, a la agencia Interfax.

Whelan fue detenido en Moscú bajo sospechas de espionaje a finales de diciembre, poco después de que la presunta espía Butina se declarara culpable de conspirar contra EEUU y aceptase cooperar con las autoridades norteamericanas.

Tras el arresto del estadounidense, que entró en prisión preventiva el 29 de diciembre, algunos políticos rusos sugirieron la posibilidad de su intercambio por Butina.

Para el viceministro ruso, en la actualidad no hay "ningún motivo" para plantear esa posibilidad.

"Se tienen que cumplir todos los procedimientos necesarios", dijo al agregar que las autoridades aún no han presentado cargos contra Whelan que aparte de la nacionalidad estadounidense posee también pasaportes de "una serie de otros países".

"El asunto es muy serio, se trata de actividades de espionaje que violan las leyes rusas", subrayó.

En cuanto a la situación de Butina, reiteró el llamamiento de Moscú para su pronta liberación e insistió en que fue víctima de "acusaciones infundadas", mientras que las "presiones psicológicas" que sufrió la joven la llevaron a aceptar un trato con las autoridades.

Los medios rusos informaron esta semana de que el exinfante de marina de EEUU, de 48 años, estaba oficialmente imputado por espionaje, delito que en Rusia se castiga con hasta 20 años de cárcel.

Al mismo tiempo, el abogado del detenido evitó confirmar la información, pero adelantó que había recurrido la orden de su arresto.

Según la prensa rusa, Whelan fue detenido en su habitación de hotel el 28 de diciembre durante una reunión con un ciudadano ruso del que pretendía recibir información sobre empleados de los servicios secretos de Rusia.