La renuncia del general James Mattis como secretario de Defensa de EE.UU. ha provocado hoy ansiedad e incertidumbre dentro del país y entre los aliados de Washington, que temen que su salida permita al presidente, Donald Trump, dar rienda suelta a sus peores instintos.

La Casa Blanca insistió hoy a través de su portavoz, Sarah Sanders, en que el general James Mattis hizo "lo correcto" al presentar su dimisión este jueves como jefe del Pentágono, después de meses de diferencias con Trump y un día después de que se anunciara el repliegue de las tropas estadounidenses de Siria.

"Si el secretario Mattis siente que no es la persona correcta para ocupar ese puesto, creo que lo correcto y lo honorable es lo que hizo, echarse a un lado", dijo Sanders en una entrevista en la cadena conservadora Fox.

Los aliados de EE.UU. en el mundo despertaron hoy con la noticia de la marcha de Mattis.

El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag alemán, Norbert Röttgen, consideró en Twitter que "el mundo debe prepararse para unas políticas de Trump aún más desenfrenadas".

"Lo que separa a EE.UU. de otros países es su estrecha red de alianzas y la lealtad de sus amigos. El general Mattis entendía esto. Trump no, como demuestra la retirada de las tropas de Siria. Con Mattis, la última voz de la razón abandona la Administración", afirmó Röttgen, aliado de la canciller alemana, Angela Merkel.

En su carta de renuncia, Mattis hizo una férrea defensa del sistema de alianzas de EE.UU. en el mundo y opinó que Washington debe "tratar a sus aliados con respecto", así como ser "resuelto e inequívoco" en la forma en que lidia con sus competidores, entre los que mencionó a China y Rusia.

Por su parte, el Gobierno francés, muy activo en el conflicto en Siria, lamentó la salida de Mattis y cuestionó las palabras de Trump sobre la derrota del grupo Estado Islámico (EI) en Siria.

Trump proclamó esta semana la "derrota" del EI en Siria para justificar su decisión de replegar las tropas, pero dentro del Ejecutivo galo "no todos comparten" la interpretación de Trump sobre el grupo yihadista, dijo hoy la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, en una entrevista en la emisora "RTL".

"No compartimos el análisis de que el califato territorial ha sido aniquilado", subrayó Parly, quien consideró que la decisión es "extremadamente grave" y el "trabajo debe ser terminado".

Mattis ha sido un gran defensor de la alianza de EE.UU. con Europa y, en numerosas ocasiones, ha defendido la importancia de la OTAN, alianza militar que ha sido criticada por Trump debido a que algunos países europeos, como Alemania, no cumplen con sus compromiso de gasto en defensa.

La portavoz de la Alianza, Oana Lungescu, aseguró que "el secretario Mattis ha hecho una contribución clave para mantener a la OTAN fuerte y preparada para enfrentar importantes desafíos en seguridad" y, además, consideró que Mattis es "ampliamente respetado como soldado y diplomático".

La salida del general también provocó anoche consternación dentro de EE.UU., que presenció la primera renuncia de un miembro del Ejecutivo debido a desacuerdos públicos con Trump.

Desde que el mandatario llegó al poder a principios de 2017, han renunciado varios miembros del Gobierno de Trump, incluido su jefe de Gabinete, John Kelly, pero todas las salidas se habían enmarcado en un intento por remodelar el Ejecutivo, a pesar de que los desacuerdos con el mandatario eran evidentes en muchos casos.

Según el diario The New York Times, que cita a funcionarios, Mattis fue a la Casa Blanca el jueves para presentar su dimisión a Trump y, de vuelta en el Pentágono, pidió a sus ayudantes que imprimieran 50 copias de su carta de renuncia para que fuera distribuida entre el personal de Defensa.

Uno de los senadores que más rápido reaccionó a la renuncia de Mattis fue el republicano Bob Corker, que dijo que Mattis "siempre ha puesto a su país por encima de sí mismo y representa lo mejor de EE.UU."

En unas aireadas declaraciones de noviembre de 2017, Corker aseguró que solo tres miembros del Ejecutivo de Trump separaban a EE.UU. del "caos": Kelly, Mattis y el exsecretario de Estado Rex Tillerson, que dejó su puesto en marzo de este año.

Kelly abandonará la Casa Blanca el 1 de enero de 2019, mientras que Mattis saldrá del Pentágono el 28 de febrero.

En las próximas semanas, Trump iniciará el proceso para seleccionar un nuevo secretario de Defensa, cuya confirmación dependerá del Senado.