Italia y el Reino Unido abocan hoy a la Unión Europea (UE) a un nuevo día de incertidumbre ante sus posiciones respecto al presupuesto y el "brexit".

Mientras el Reino Unido ha llegado a un principio de acuerdo a "nivel técnico" con Bruselas sobre las condiciones de la salida británica de la Unión Europea, prevista para el próximo 29 de marzo, el Gobierno italiano anunció anoche que no modificará sus Presupuestos para 2019.

Italia insiste en el aumento del déficit al 2,4 % del PIB y mantiene su posición de oídos sordos a las recomendaciones del Ejecutivo de la UE, aunque introdujo garantías para no superar ese límite, en un intento de calmar a la Comisión Europea (CE), que rechazó el primer borrador.

Hoy la primera ministra británica, Theresa May, prevé presentar el principio de acuerdo a su Gabinete y lo someterá más adelante a votación en el Parlamento, después de que anoche los ministros fueran pasando uno a uno por Downing Strett para leer el texto, sin podérselo llevar para evitar filtraciones.

Es la primera vez en la historia que la UE negocia la salida de uno de sus Estados miembros, y es también la primera vez que la CE se plantea iniciar un procedimiento contra un país por cuestiones presupuestarias.

Los dos desafíos se producen a pocos meses de las elecciones europeas, en las que se teme un aumento importante de las fuerzas nacionalistas y populistas.

La intención de Italia de mantenerse firme ante Bruselas ya había sido anticipada por el vicepresidente y líder de la Liga, Matteo Salvini, quien a su entrada al Consejo de Ministros adelantó que no se modificarían las partidas contenidas en las cuentas para 2019.

Todo un pulso a Bruselas que el propio Salvini escenificó en una reunión previa al Consejo y en la descorchó una botella de vino y se lo mostró a sus seguidores en las redes sociales: "Así la noche adquiere un sabor diferente", dijo irónicamente en Twitter.

La negativa italiana fue confirmada por el ministro de Economía, Giovanni Tria, en una carta al vicepresidente de la CE Valdis Dombrovskis y al comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en la que dijo que la posición del Gobierno italiano "mantiene toda su validez".

En la misiva confirmó el compromiso de "mantener las cuentas de la finanza pública" e indicó que el déficit al 2,4 % del PIB será considerado "insuperable" y sometido a un control continuo.

Con este posicionamiento, la pelota queda ahora en el tejado de la Comisión Europea, que podría dar inicio a un procedimiento de sanciones sin precedentes en la historia comunitaria.

Mientras tanto en el Reino Unido, también por en una noche agitada, los ministros del gabinete de la primera ministra, Theresa May, pasaban a leer uno a uno, y sin poder llevárselo, el documento técnico acordado con la UE sobre el "brexit".

Tras las lecturas, la primera ministra británica busca hoy el beneplácito de su gabinete al acuerdo, en la que es la primera piedra de toque para la supervivencia del propio acuerdo e incluso de su gobierno.

No se conocen los detalles del acuerdo, pero la primera ministra británica ha recibido serias advertencias de sus socios de gobierno, los unionistas norirlandeses, y de los conservadores más euroescépticos.

El Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, socio del Gobierno de Londres, manifestó anoche que la primera ministra británica, Theresa May, "debe" ganar el apoyo de su gabinete y de la Cámara de los Comunes para el acuerdo del "brexit".

En un comunicado firmado por la líder del DUP, Arlene Foster, la formación política afirmó que quiere "un acuerdo sensato" que funcione para "Irlanda del Norte, el Reino Unido y la República de Irlanda".

La DUP rechazará que se "coloque nuevas barreras comerciales" entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña porque "socavaría la integridad constitucional y económica" del Reino Unido.

"Sería democraticamente inaceptable que las reglas comerciales de Irlanda del Norte fueran fijadas por Bruselas", agregó, y recordó que "estos son días trascendentales y las decisiones que se tomen serán duraderas".

El exministro del "brexit" David Davis instó al gabinete de May, y a los diputados conservadores, a "decir no" al acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) al que han llegado Londres y Bruselas.

Mientras tanto, la Comisión Europea se remitió a las palabras pronunciadas ayer por el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, quien aseguró que Bruselas persigue el mejor acuerdo posible para el "brexit" y no "penalizar" a Londres en su marcha.

"Que el continente y la isla empiecen a separarse es una tragedia, un error histórico. Y tenemos que sacar lo mejor de aquí", dijo.