El presidente surcoreano, Moon Jae-in, comentó hoy, durante un discurso pronunciado ante el Parlamento, que el líder norcoreano, Kim Jong-un, visitará "pronto" Seúl para celebrar una nueva cumbre.

Durante el encuentro que celebraron en septiembre pasado en Pionyang ambos mandatarios, se acordó que Kim visitaría antes de fin de año Seúl, lo que lo convertiría en el primer líder norcoreano en pisar suelo sureño.

Durante un discurso sobre política económica pronunciado hoy por Moon ante la Asamblea Nacional (Parlamento), el presidente destacó que los actuales avances diplomáticos para traer la desnuclearización y la paz a la península constituyen un eje para lograr un crecimiento sostenible.

"La segunda cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos está a la vista. Próximamente se espera que Kim Jong-un visite Rusia y que (el presidente chino) Xi Jingping viaje a Corea del Norte. La posibilidad de una nueva cumbre con Corea del Norte también está abierta. La visita de Kim Jong-un a Seúl será pronto", dijo Moon.

Sin embargo, el presidente surcoreano no añadió más detalles sobre la visita al Sur del mariscal norcoreano, ni tampoco la oficina presidencial al ser consultada por Efe.

La semana pasada, la canciller surcoreana, Kang Kyung-wha, insistió en que Seúl sigue teniendo en mente que la visita de Kim a Seúl tendrá lugar "antes de fin de año".

De este modo, es más que probable que la reunión de Kim y Moon en Seúl -que supondría su cuarta cumbre de este año- tenga lugar antes que el esperado segundo encuentro entre el líder norcoreano y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para seguir tratando la desnuclearización del régimen.

En ese sentido, el Consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, apuntó recientemente que la cumbre con Kim podría celebrarse a principios de 2019.

El diálogo en torno al proceso de desarme norcoreano se ha estancado tras la cumbre de junio en Singapur, en la que Washington se comprometió a garantizar la supervivencia del régimen a cambio de su desnuclearización.

Desde entonces Pionyang viene reclamando la firma de un tratado de paz y el levantamiento de sanciones para seguir desmantelando su programa de armas, al tiempo que la Casa Blanca ha demandado gestos de mayor calado al régimen que demuestren su compromiso con la desnuclearización.