Los migrantes de la caravana que partió hace una semana de Honduras rumbo a Estados Unidos han comenzado a llegar este viernes a la frontera de Guatemala con México donde han seguido avanzando, incluso río a través, a pesar del despliegue policial en la línea limítrofe.

Un primer grupo de cien migrantes, la mayoría hondureños, ha podido cruzar y solicitar asilo en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Hidalgo, en Chiapas. Horas después, se han sumado muchos más --miles-- que, como ya había advertido el Gobierno mexicano, han desbordado a las autoridades.

En el puente que cruza el río Suchiate, frontera natural, algunos han forzado la valla a empujones hasta que han logrado abrir un hueco por el que colarse. Sin embargo, rápidamente se han encontrado con agentes antimotines mexicanos que les han cortado el paso.

Algunos migrantes han atacado a los agentes con piedras. El comisario general de la Policía Federal, Manelich Castilla, les ha pedido, megáfono en mano, que "desistan de las agresiones" para llevar a cabo un "ingreso ordenado", según informa Reuters.

El Gobierno mexicano ha aclarado en los últimos días que se haría un análisis individual para que quienes tuvieran documentos de viaje pudieran entrar y circular libremente por el país, si bien al mismo tiempo ha advertido de que los demás se enfrentarán a la deportación, salvo aquellos que soliciten asilo.

México ha pedido al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que intervenga para ayudar al país con lo que el ministro de Exteriores, Luis Videgaray, ha definido como "un reto logístico". El jefe de la diplomacia mexicana ha augurado que la mayoría de los cerca de 4.000 migrantes de la caravana pedirán asilo.

Otros han optado por lanzarse directamente a las aguas del Suchiate para escapar al control de las autoridades migratorias y poder continuar su camino hacia la frontera con Estados Unidos, una meta que todavía queda a miles de kilómetros.

El secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete, ha acusado a los migrantes de utilizar a las mujeres y a los niños como "carne de cañón" porque, según ha denunciado, los han usado de avanzadilla para intentar burlar a los uniformados.

"Lo único que les solicitábamos es que fuera ordenado, que pudiéramos tener espacio para atenderlo en grupos de 50 personas (...) Hoy, de marea violenta, están tratando de entrar a México y han lastimado a policías mexicanos", ha dicho en declaraciones a Milenio Televisión.

Navarrete ha ofrecido diálogo a los migrantes para persuadirles de que vuelvan a la marcha pacífica. "La petición de México es que se organicen, que vayan de manera ordenada, de manera que puedan ser atendidos. No vamos a poder atenderlos a todos y les rogamos que sea de manera ordenada", ha enfatizado.

Por su parte, ACNUR ha respondido positivamente a la petición de ayuda de las autoridades mexicanas. "Nuestro compromiso es acompañar al Gobierno de México, a sus instituciones y a la sociedad civil frente a la llegada de refugiados", ha dicho el representante de la agencia de la ONU en el país, Mark Manly. Ha precisado que ya han aumentado el "esfuerzo" en la frontera sur para atender a los solicitantes de asilo.

PERIPLO REGIONAL

Más de 1.300 personas partieron el sábado de la ciudad hondureña de San Pedro Sula con el propósito de alcanzar Estados Unidos y denunciar por el camino los múltiples abusos a los que se exponen los migrantes de la región en su intento de conquistar el ''sueño americano''.

Lograron cruzar la frontera hacia Guatemala, donde la caravana sufrió un duro revés porque las autoridades detuvieron a uno de sus líderes, el activista y ex diputado hondureño Bartolo Fuentes, por violar las normas migratorias. Pese a ello, la columna ha seguido creciendo.

A medida que se han acercado a México, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado el tono. Primero amenazó a Honduras y Guatemala con cortar la ayuda norteamericana si no frenaban a los migrantes y ahora ha amenazado con cerrar la frontera con México.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha reiterado la demanda estadounidense a Videgaray, con quien se ha reunido este mismo viernes en Ciudad de México. "Queremos que se les ponga freno en México antes de que lleguen hasta Estados Unidos", le ha dicho.