El partido de la ultraderecha francesa, Agrupación Nacional (RN), que preside la excandidata presidencial Marine Le Pen, cerrará hasta un tercio de sus sedes, y los puestos de la mitad de sus empleados peligran, informaron hoy los medios franceses.

La razón principal se debe a los problemas para la obtención de subvenciones públicas -arrastran un embargo de la justicia francesa de 2 millones de euros por el caso de los asesores ficticios en el Parlamento Europeo-, a lo que se suman las dificultades que ponen los bancos franceses para concederles créditos.

"Confiscando nuestra dotación pública sin juicio en este pseudo caso de los asesores, los jueces de instrucción nos aplican la pena de muerte", afirmó el pasado mes de julio Le Pen en su cuenta de Twitter, además de definir la decisión de la justicia como un intento de "asesinar al primer partido de la oposición".

El partido, que cuenta con el problema añadido del sistema de doble vuelta francés -obtiene poca representación en las cámaras legislativas a pesar de su fuerte respaldo social-, arrastra una deuda crediticia de 12 millones de euros.

Este monto comprende la suma del reembolso del préstamo recibido de bancos rusos en 2014 y los gastos realizados en las campañas presidencial y legislativa de 2017.

La presidenta del partido, Marine Le Pen, que ha preferido mostrar un perfil bajo este verano, realizó hoy su primer desplazamiento con ocasión de la vuelta tras el verano a la feria agrícola en Châlons-en-Champagne, norte de Francia.

Su partido trabaja con la vista puesta en las elecciones europeas de mayo de 2019 con una crisis que se acrecienta por la división interna en donde se cumple un año de la salida de su exmano derecha y estratega, Florian Philippot.