El senador estadounidense John McCain ha decidido suspender el tratamiento de su cáncer cerebral, que lo ha alejado de la política en los últimos meses, informó este viernes su familia.

"Con su fuerza de voluntad habitual, ahora ha optado por interrumpir el tratamiento médico", señaló en un comunicado la familia del senador y candidato republicano a la presidencia en 2008.

Los parientes del conocido político explicaron que McCain "ha superado las expectativas de supervivencia" en el último año, pero añadieron que "el progreso de la enfermedad y el avance inexorable de su edad dan su veredicto".

La familia agradeció "inmensamente" el apoyo y la amabilidad de los cuidadores sanitarios que se han hecho cargo de él, y el afecto de "muchos amigos y socios".

Por su parte, la esposa del senador por Arizona, Cindy McCain, le dedicó también unas palabras en su cuenta de Twitter: "Amo a mi marido con todo mi corazón. Dios bendiga a todo el mundo que ha cuidado y se ha preocupado por mi marido durante este proceso".

En una entrevista con la cadena televisiva CBS, McCain aseguró hace casi un año que el cáncer cerebral que sufre es "muy, muy grave" y que los médicos le dijeron entonces que el pronóstico era "muy malo".

Pese a los esfuerzos de los facultativos del último año, parece que la salud del legislador, rival del expresidente Barack Obama en los comicios de 2008, no mejora, por lo que su círculo más cercano está preparándose ahora para su posible fallecimiento.

McCain, de 81 años, fue diagnosticado con un agresivo tipo de cáncer cerebral el año pasado y ha recibido tratamiento en su estado de origen, Arizona, aunque continuó durante meses en su labor legislativa y controlando el trabajo con su equipo en Washington.

A lo largo de su carrera militar, McCain combatió en la guerra de Vietnam, donde fue prisionero durante cinco años y sufrió torturas.

En mayo pasado, el diario The New York Times apuntó que el histórico congresista ha instruido a sus más allegados para que el presidente de EE.UU., Donald Trump, no acuda a su funeral y que, en vez de él, lo haga el vicepresidente, Mike Pence.

Desde su llegada a la Casa Blanca, la relación de McCain con Trump ha sido muy tensa, ya que el influyente senador no ve con buenos ojos muchas de las políticas del mandatario ni su manera de gestionar las relaciones exteriores.

Uno de los episodios más tensos entre ambos ocurrió con el intento de derogación de la reforma sanitaria impulsada por Obama, cuando McCain votó en contra de los esfuerzos republicanos, promovidos por Trump, para acabar con ella sin ningún tipo de reemplazo.