El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga, propuso hoy censar a las personas de etnia gitana para expulsar a los que no hayan nacido en el país y lamentó que los que sean italianos "hay que quedárselos".

Salvini realizó estas declaraciones en una entrevista a una emisora de radio italiana que provocó numerosas críticas de asociaciones en defensa de estas personas y por parte de la oposición.

El también vicepresidente del Gobierno ha sostenido que trabaja en un plan para disponer de cifras concretas sobre personas gitanas que residen actualmente en territorio nacional.

"Es necesario hacer un reconocimiento para ver quién, cómo, cuántos son, algo que otras veces ha sido definido como censo. Hagamos un registro, una fotografía de la situación", ha dicho, según los medios italianos.

En esta línea, Salvini ha adelantado que "los extranjeros que permanezcan de forma irregular en Italia serán expulsados", mientras que "los gitanos italianos por desgracia hay que quedárselos".

El líder de la ultraderechista Liga publicó en su perfil de la red social Twitter la noticia con sus declaraciones y un mensaje en el que preguntó por la razón de las críticas.

"Alguno habla de ''shock''. ¿¿¿Por qué??? Yo pienso, además de en los robos, también en los pobres niños, educados (...) en la ilegalidad", apuntó.

Momentos después, matizó sus palabras en una nota en la que dijo que la intención del Ejecutivo italiano "no es fichar o tomar huellas dactilares de nadie", sino "conocer la situación".

"Queremos proteger sobre todo a los miles de niños a los que no se les permite asistir a la escuela con regularidad porque se prefiere introducirlos en la delincuencia. Queremos también controlar cómo se gastan los millones de euros que provienen de fondos europeos", agregó.

La mano dura contra la inmigración y contra los gitanos en Italia son algunas de las prioridades de Salvini y están incluidas en el programa de Gobierno que firmó su formación con el antisistema Movimiento Cinco Estrellas.

En esta agenda común se incluía la voluntad de cerrar los campos de gitanos nómadas en los que, según sus cifras, viven 40.000 personas, y la escolarización obligatoria de los niños pues, en caso contrario, se planteaba alejarlos de sus familias.

Los partidos de la oposición han criticado estas palabras y el ex primer ministro Paolo Gentiloni ha rechazado tanto las políticas de Salvini contra inmigrantes y gitanos como el derecho a la legítima defensa que abandera el ministro del Interior.

"Antes de ayer los refugiados, hoy los gitanos, mañana las pistolas para todos. Qué cansado es ser malo", escribió Gentiloni.

El senador del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) Franco Mirabelli valoró que "hablar de censos raciales trae a la mente recuerdos atroces" y pidió a Salvini que "precise sus afirmaciones", porque la mera sugerencia "de una especie de limpieza étnica es inaceptable".

También mostró su desaprobación Carlo Stasolla, el presidente de la Asociación 21 de Julio -que atiende a estas personas-, quien recordó que "un registro de carácter étnico" no es legal.