El Gobierno francés va a privatizar Aeropuertos de París (ADP) pero el Estado va a establecer unas condiciones para mantener su posibilidad de controlar la actividad aeroportuaria y las inversiones.

El presidente de ADP, Augustin de Romanet, explicó que esas fueron las consignas dadas ayer por el ministro de Economía, Bruno Le Maire, ante el comité ejecutivo, al que también insistió en su interés por continuar con el desarrollo de la empresa.

En una entrevista publicada hoy por "Le Figaro", De Romanet afirmó que la cesión de al menos una parte del 50,6 % del capital en manos del Estado es un proyecto estudiado en profundidad, aunque no quiso pronunciarse sobre si se traducirá en la toma de control por otro grupo, ya que eso corresponde al Gobierno decidirlo.

"Cualquiera que sea la forma de la operación, en lo que se refiere a la amplitud de la inversión, mi hipótesis -afirmó- es que todos los que quieran comprar ADP seguirán nuestra línea estratégica", que ha dado resultados.

Preguntado sobre si esa privatización podría suponer una escalada de las tarifas que pagan las compañías aéreas por utilizar las plataformas de ADP (Charles de Gaulle, Orly y Le Bourget), respondió que el contrato de regulación actual contempla un incremento del 50 % de las inversiones respecto al precedente (3.000 millones de euros), pero con un aumento de los cánones que será "un 20 % menos rápido".

Según los elementos que han filtrado del modo en que el Ejecutivo planea ceder acciones de la empresa, ADP tendrá una concesión por un periodo de 70 años, frente al derecho permanente que ostenta ahora sobre sus plataformas aeroportuarias.

Eso supondrá una negociación de una indemnización con los accionistas minoritarios actuales para compensar el cambio de estatuto.