Sin haberse recuperado del todo del devastador huracán Irma, Cuba enfrenta un nuevo desastre causado por la tormenta subtropical Alberto, cuyas lluvias han anegado la zona central de la isla provocando cuatro muertos y daños aún no calculados en las infraestructuras, la vivienda y los cultivos.

Las provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus y Villa Clara, en el centro de la isla, se han llevado la peor parte de las inundaciones causadas por la tormenta durante tres días de cuantiosas lluvias que han provocado cortes de comunicaciones y la evacuación de miles de personas.

Las escenas de las últimas jornadas han recordado el rastro de destrucción dejado en septiembre pasado por Irma, un ciclón de fuerza mayor que arrasó el litoral norte de la isla y dejó daños materiales por más de 13.000 millones de dólares, además de diez muertos y a miles de cubanos sin hogar.

En Villa Clara han sido desplazadas a lugares seguros entre albergues, centros de evacuación y casas de allegados más de 24.000 personas; en Cienfuegos han sido evacuados 9.000 vecinos; en Sancti Spíritus son 15.000 y en Matanzas, unas 6.000, según medios estatales.

La crecida de los ríos y el rebalse de las presas dejó hasta a 78 comunidades aisladas por inundaciones, rotura de viales e incluso provocó el colapso de parte de un puente sobre el río Zaza, en Sancti Spíritus.

Aunque todavía no se conocen las cifras definitivas, por el momento se ha informado de daños en 544 viviendas de las zonas afectadas, de las que 84 se encuentran en estado de derrumbe total.

Casi 44.000 viviendas se encuentran sin electricidad y se han registrado interrupciones en la telefonía fija.

El agua ha afectado a unas 7.000 hectáreas de cultivos en las provincias centrales, donde se concentra buena parte de la producción hortofrutícola de la isla; las plantaciones de maíz, yuca, frijol, arroz y boniato se encuentran entre las más dañadas.

Hay asimismo 600 hectáreas de tabaco dañadas y "exceso de humedad" en unos 400.000 cujes (varillas de secado) de tabaco, uno de los principales productos de exportación de la isla, que para esta campaña sembró 18.700 hectáreas de la planta.

Además, las inéditas precipitaciones asociadas a la tormenta ocurrieron con buena parte de las presas del país casi al límite de su capacidad debido a las lluvias de todo el mes de mayo, lo que ha obligado a desembalsar agua para evitar males mayores.

De los 242 embalses del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) hay 110 "aliviando" y el promedio de llenado es del 87,4 %, aunque los de las zonas central y occidental están muy por encima de ese porcentaje.

Tras casi 48 horas con las comunicaciones suspendidas con el resto del país, el tránsito por la Autopista Nacional a su paso por las provincias centrales quedó restablecido "al bajar el nivel de las aguas y tras una exhaustiva revisión técnica", informó el jefe de Tránsito de Villa Clara, Heriberto López, citado por el diario estatal Granma.

Una de las consecuencias más graves de la tormenta tuvo lugar en la refinería de Cienfuegos, la mayor del país, donde ayer lunes se inundaron las instalaciones encargadas de inyectar el crudo a la planta y colapsó parte del sistema de tratamiento de aguas residuales de los hidrocarburos.

La rotura de las piscinas de aguas residuales provocó un derrame de unos 12.000 metros cúbicos de aguas oleosas en la bahía de Cienfuegos, cuyo impacto ecológico es evaluado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

El ministro de Energía y Minas, Alfredo López, informó hoy de que las piscinas ya no están vertiendo a la bahía.