La primera ministra británica, Theresa May, ha dividido a los ministros de su Gobierno en dos bandos para que cada uno de ellos analice una posible relación aduanera con la Unión Europea (UE) para cuando el Reino Unido abandone el bloque, informa hoy la BBC.

Este asunto es motivo de grandes discrepancias en el Ejecutivo de Londres, que ha confirmado que quiere abandonar la actual unión aduanera comunitaria pero no ha propuesto aún una relación alternativa.

Según la cadena pública, uno de los bandos examinará la posibilidad de una "asociación aduanera", por la que este país recaudaría impuestos en nombre de la UE sobre los bienes llegados a sus puertos destinados a los Veintisiete, lo que evitaría tener que establecer nuevos puestos de control en la frontera británico-europea.

Además, permitiría al Reino Unido negociar acuerdos comerciales con terceros países con su propio sistema de aranceles.

El otro grupo de ministros analizará la vía de "máxima facilitación" -abreviado "max fac" en círculos gubernamentales-, que aboga por el uso de la última tecnología para minimizar la necesidad de controles fronterizos físicos después del "brexit".

Teóricamente, esto permitiría mantener una frontera invisible entre Irlanda y el territorio británico de Irlanda del Norte, requisito para el proceso de paz norirlandés.

El grupo que se ocupa de la "asociación aduanera", supuestamente la opción preferida por May, está compuesto por dos abanderados del "brexit", el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, y el de Medioambiente, Michael Gove, y un proeuropeo, el ministro del Gabinete David Liddington.

El bando que analiza la "máxima facilitación", que permitiría a las empresas de importación-exportación pagar aranceles cada cierto tiempo mediante sistemas electrónicos, está formado por el ministro de Empresa, Greg Clark, y la titular de Irlanda del Norte, Karen Bradley -ambos propermanencia en el referéndum de 2016-, y el pro"brexit" David Davis, que encabeza el ministerio para la salida de la UE.

Según la BBC, May ha decidido crear estos dos grupos de trabajo después de que el gabinete no haya sido capaz de ponerse de acuerdo en las últimas reuniones sobre la propuesta de relación aduanera que quiere plantear a Bruselas.

El pasado 8 de mayo, el ministro de Exteriores, Boris Johnson, volvió a airear las divisiones al calificar de "locura" una posible "asociación aduanera", al considerar que significaría permanecer de facto en el bloque, aumentaría la burocracia y limitaría las opciones de negociar otros acuerdos.