Los líderes de Japón, China y Corea del Sur mostraron hoy su unidad de cara a lograr la desnuclearización de Pyongyang, en plena vorágine de movimientos diplomáticos antes de la esperada cumbre entre Estados Unidos y el hermético régimen.

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, su homólogo chino, Li Keqiang, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, celebraron hoy en Tokio su primera cumbre trilateral desde 2015, que estuvo centrada en el diálogo abierto con Pyongyang para que abandone su armamento nuclear.

Los tres mandatarios expresaron su respaldo al compromiso intercoreano para lograr la "completa desnuclearización" y una paz duradera en la península y se comprometieron a colaborar en esa dirección, aunque también sacaron a relucir sus divergencias a la hora de lidiar con Pyongyang.

Abe destacó la importancia de la llamada "Declaración de Panmunjom", y pidió "mantener las sucesivas resoluciones de Naciones Unidas para solucionar los problemas norcoreanos" en alusión a las sanciones que pesan sobre Pyongyang, en una intervención conjunta al término de la reunión.

El primer ministro chino, por su parte, subrayó "la buena dirección" en la que avanza el diálogo en la península, y afirmó que Pekín "pondrá todos los esfuerzos para lograr la desnuclearización" de Corea junto a Seúl y Tokio.

El gigante asiático, principal aliado del régimen Juché, es favorable a ofrecer incentivos a Pyongyang a cambio de su desnuclearización como relajar las sanciones u ofrecerle ayudas económicas, aunque Li no hizo ningún comentario al respecto.

Asimismo, el presidente surcoreano ensalzó el respaldo recibido por Li y Abe a la "Declaración de Panmunjom" firmada por las dos Coreas en la cumbre del pasado 27 de abril, y prometió hacer "todo lo posible" por implementar dicho pacto.

La cumbre representa un intento de Abe por asumir un mayor protagonismo en el diálogo abierto con Pyongyang -sobre el cual el líder nipón se ha mostrado muy escéptico-, un proceso impulsado por Moon y en el que Pekín también ha desempeñado un papel clave.

Abe quiso aprovechar la ocasión para tratar de incluir en la agenda de las conversaciones con Pyongyang el asunto de los ciudadanos nipones secuestrados hace décadas por el régimen, y cuyo esclarecimiento supone una prioridad política para el Gobierno nipón.

"China y Corea del Sur, en colaboración con la comunidad internacional, tienen que urgir a Corea del Norte a tomar acciones concretas", dijo en este sentido el líder conservador nipón.

La reunión de hoy también supone un paso para reparar unas relaciones a tres bandas que han permanecido congeladas durante los últimos años, sobre todo entre Pekín y Seúl con Tokio, debido disputas territoriales y a que los países vecinos acusan a Japón de revisionismo histórico.

Los viajes de Moon y Li a Tokio son de hecho los primeros que realizan máximos mandatarios de Corea del Sur y China a Japón en más de siete años.

El encuentro trilateral se celebró en medio de la intensificación de contactos diplomáticos destinados a ultimar la preparación de la cumbre entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, prevista para finales de mayo o principios de junio.

Kim viajó por sorpresa entre el lunes y el martes a la ciudad portuaria china de Dalian para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, en el segundo encuentro entre ambos en menos de dos meses destinado a abordar los progresos antes de la histórica reunión entre el mariscal norcoreano y Trump.

Además, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, se encuentra hoy de visita en Pyongyang en un viaje que se espera que sirva para concretar el lugar y la fecha de la cumbre y para lograr la liberación de los tres presos estadounidenses retenidos en el Norte.