Miguel Díaz-Canel se convirtió hoy en el nuevo presidente de Cuba con la única promesa de garantizar la continuidad de la Revolución y el legado de la generación histórica, sin prescindir de su mentor, Raúl Castro, quien seguirá a la cabeza de las decisiones más trascendentes para el país.

A punto de cumplir 58 años, Díaz-Canel fue proclamado presidente de los Consejos de Estado y de Ministros por la Asamblea Nacional de Cuba, tras resultar elegido con los votos de 603 diputados de los 604 presentes, lo que representa un 99,83 por ciento de apoyo.

El parlamento ratificó también el resto de la candidatura al Consejo de Estado (máximo órgano de gobierno del país), cuyo primer vicepresidente es el veterano Salvador Valdés Mesa, también designado para el mismo cargo en el futuro Consejo de Ministros.

Un consejo de ministros cuyo nombramiento se ha aplazado, por decisión de Díaz-Canel, hasta el primer periodo de sesiones de la nueva Asamblea Nacional, previsto para julio.

Con traje gris y corbata roja, el primer gobernante civil de la Revolución recogió el testigo de su antecesor brindándole un saludo militar al ocupar su nuevo puesto en la cabecera del Parlamento, seguido de un apretón de manos y un abrazo entre los aplausos de la cámara.

Díaz-Canel estrenó su presidencia, y con ella la etapa poscastrista, leyendo un discurso de apenas media hora, cuyos ejes centrales fueron su apuesta por la continuidad, la exaltación del legado de la generación histórica y una extensa glosa dedicada a su antecesor.

Sin salirse del guión y sin anunciar medidas concretas para el país, subrayó que el mandato "del pueblo" a la nueva generación que toma el relevo es "dar continuidad a la Revolución en un momento histórico crucial".

La nueva etapa estará marcada "por todo lo que logremos avanzar en la actualización del modelo económico y social, perfeccionando y fortaleciendo nuestra labor en todos los ámbitos de la vida de la nación".

"No vengo a prometer nada, como jamás lo hizo la Revolución en todos estos años. Vengo a entregar el compromiso de trabajar y exigir con el cumplimiento del programa que nos hemos dado como Gobierno y como pueblo en los lineamientos del partido y la revolución a corto, mediano y largo plazo", destacó.

Con expresiones similares a las empleadas por Raúl Castro en sus discursos, el nuevo presidente dejó claro que en su mandato "no habrá espacio para los que aspiran a una restauración capitalista" y que la misión es seguir perfeccionando el socialismo.

En su primer discurso como presidente, Díaz-Canel rindió homenaje tanto a Fidel Castro como a los "históricos" (algunos de cuales se mantienen en su gobierno) y elogió el perfil y la obra de Raúl Castro, que según dijo se mantiene "por legitimidad y mérito propio al frente de la vanguardia política".

"El compañero Raúl, como primer secretario del Partido Comunista de Cuba, encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y futuro de la nación", aseguró.

Según anunció hoy el propio Castro, su sucesor al frente del Gobierno también lo será en el PCC: Díaz-Canel será nombrado en 2021 primer secretario en el VIII Congreso de la formación, cuando culminaría el traspaso de poder a la nueva generación de dirigentes.

El continuismo también marcará la política exterior de Díaz-Canel, quien ratificó que se mantendrá "inalterable" y recalcó que Cuba no hará concesiones contra su soberanía e independencia, no negociará principios, no aceptará condicionamientos y no cederá a amenazas o presiones.

Sin citarlo, aludió EE.UU. como "el poderoso vecino imperialista" al que advirtió que en Cuba no hay lugar "para una transición que desconozca o destruya el legado de tantos años de lucha".

"Afuera hay un mundo que nos mira con más interrogantes que certezas porque ha recibido el mensaje equivocado de que la Revolución termina con sus guerrilleros", indicó Díaz-Canel quien alertó de la habilidad que han tenido los "adversarios" de la isla para mentir y tergiversar en la era de las telecomunicaciones.

Por ello, hizo un llamamiento a "ser más creativos" en la difusión de las "verdades" de Cuba y emplear "más y mejor" las posibilidades tecnológicas para inundar los "infinitos espacios del planeta internet, donde hoy reina la mentira".

Miguel Díaz-Canel se ha convertido en el primer gobernante de la era poscastrista, tras una carrera forjada desde la base del Partido Comunista y de ascensión sostenida y discreta por los escalafones del poder en Cuba, que ha culminado con su llegada a la Presidencia del país.

Este ingeniero electrónico ha sido "el único superviviente" de un grupo de jóvenes dirigentes a los que la cúpula cubana decidió preparar para que llegaran a ocupar altos cargos, según desveló hoy el propio Raúl Castro.

El nuevo presidente tiene por delante numerosos retos, entre ellos continuar el inconcluso plan de reformas económicas e institucionales impulsadas por su antecesor.

Entre sus desafíos más inmediatos se encuentra también una reforma de la Constitución para adaptarla a los cambios que ha vivido el país en los últimos años pero que no conllevará cambios en el actual sistema político de la isla.