El presidente de EEUU, Donald Trump, y la primera ministra británica, Theresa May, acordaron que el uso de armas químicas no puede quedar "sin respuesta" y recalcaron la importancia de impedir que el régimen sirio vuelva a utilizarlas.

Los dos líderes políticos hablaron anoche por teléfono para abordar la última crisis siria, surgida por el ataque químico del pasado sábado en la localidad de Duma y que se atribuye al régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, informó hoy un portavoz de Downing Street, residencia oficial de la primera ministra británica.

"Ellos acordaron que el régimen de Al Asad ha establecido un modelo de comportamiento peligroso en relación con el uso de armas químicas. Acordaron que es vital que el uso de armas químicas no quede sin respuesta y en la necesidad de impedir un nuevo uso de armas químicas por parte del régimen de al Asad", añadió la fuente.

"Ellos acordaron seguir trabajando estrechamente sobre una respuesta internacional", agregó el portavoz oficial.

May convocó ayer una reunión de emergencia del Gobierno para evaluar la crisis y considerar las opciones sobre el posible apoyo del Reino Unido a una eventual operación militar de EEUU contra Siria.

Al término de la reunión, el Gobierno acordó seguir trabajando con EEUU y Francia para buscar una "respuesta internacional coordinada" al supuesto ataque químico, según fuentes oficiales.

La primera ministra considera que es altamente probable que el régimen de Al Asad sea responsable del ataque.

La oposición laborista británica está a favor de consultar al Parlamento antes y ha advertido de que un bombardeo por parte de EEUU puede agravar la situación en Siria.

Se estima que en el supuesto ataque químico del sábado, unas 70 personas perdieron la vida.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 500 fueron atendidas en centros médicos con síntomas de exposición a agentes químicos y al menos 43 de los fallecidos presentaban cuadros relacionados con una exposición a sustancias tóxicas.